José Fernández Menéndez (1943-2002).
OPINIÓN
De lunes a domingo, el hostelero José Fernández
Menéndez, “Pepe el Aldeano” (natural de Porley, Cangas del Narcea), cumplía en
su local de Madrid jornadas de dieciocho horas. Tipo simpático y peculiar,
cuando oía en la barra a sus clientes de confianza una estupidez muy gorda,
apelaba a un recurso digno de Groucho Marx: se ponía en la cabeza un pañuelo,
como para protegerse de un aguacero, y sin decir ni pío los miraba
irónicamente.
Había abierto en 1970 el mesón-restaurante “El
Aldeano” en Cardenal Cisneros número 33 -una calle del barrio de Chamberí que
concentra la más variada representación de la gastronomía española-, y en la
brega diaria estuvo secundado desde sus inicios por un camarero cojo, personaje
cervantino de La Mancha,
de nombre Regino, que servía las mesas con arte torero. Entre los dos
abastecieron de exquisitas viandas los paladares más exigentes de la transición
política. Muchos madrileños empezaron a conocer a Asturias y a encariñarse con
ella en aquel salón-comedor, en el que a menudo se manifestaba el nervio de una
actividad periodística. Bajo una foto en la que se veía a Pepe durante su
“mili” en el crucero “Canarias”, sirviendo el almuerzo al entonces príncipe
Juan Carlos de Borbón, emitía “Radio España” animadas tertulias taurinas y
futbolísticas; allí nació la revista mensual “Crítica de Arte”, dirigida y
editada por el llanisco José Luis Buergo, asentada ya en el mercado desde hace
veinticinco años. En una de aquellas mesas, el que escribe estas líneas tuvo
ocasión de hacer numerosas entrevistas para la última página de la “Hoja de
Lunes” de Oviedo, que dirigía Juan de Lillo: comidas de trabajo y sabrosas
sobremesas con Rafael Fernández, Juan Antonio Bardem, Santiago Carrillo,
Gerardo Iglesias, Quini, Ladislao Azcona, Juan Antonio Cabezas, Arturo Fernández,
Juan Velarde, José Luis Balbín... Lo más sonado tuvo lugar en diciembre de
1986, cuando, a iniciativa del mismo periódico, reunimos a los diputados Álvaro
Cuesta (PSOE), Francisco Álvarez-Cascos (PP), Alejandro Rebollo (CDS) y Manuel
García Fonseca (Izquierda Unida), para que valoraran las funciones que debería
cumplir, a juicio de los principales partidos, el recién estrenado “Edificio
Asturias” de la Calle
Farmacia, un inmueble que aglutina las instalaciones del
Centro Asturiano, las oficinas del Ejecutivo del Principado y la sucursal de
Cajastur, y que está considerado como la primera “embajada” de una comunidad
autónoma en Madrid. (En aquel debate, por cierto, el más agorero resultó ser el que sería luego ministro de Fomento, Álvarez Cascos, que advertía de la “peligrosa” dependencia de la
casa regional que lidera el porruano Cosme Sordo, respecto del Gobierno que
presidía entonces Pedro de Silva).
Pero todo esto ya es historia. Acabamos de
enterarnos de que un cáncer ha fulminado la vida del mesonero de Porley.
Contaba cincuenta y nueve años de edad. Desnudo su pecho de manzanas de oro, de
urogallos de bronce o de cruces de hierro, a los buenos hosteleros de la
diáspora como Pepe “el Aldeano” quizá no se les reconoce su trabajo como se
merecen (ni en vida ni cuando ya están muertos), pero nadie podrá arrebatarles
el orgullo de sentirse “cónsules” de su tierra natal donde quiera que estén
establecidos. Asturias ha perdido a uno de sus mejores hombres en Madrid.
Descanse en paz.
(Artículo publicado en el diario LA NUEVA ESPAÑA el martes 10 de septiembre de 2002).
Entrevista publicada en la revista ASTURIAS del Centro Asturiano de Madrid (junio 1980).
Muy interesante. Muchas gracias.
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