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domingo, 11 de diciembre de 2016

LLANES: UN GRAFFITI VERSUS IBARROLA

     
               
“Pepinos”

La visibilidad de los Cubos de la Memoria, 
disputada por un graffiti

 HIGINIO DEL RÍO PÉREZ

Uno se imagina a José de Posada Herrera en la etapa final de su existencia, ya retirado en Llanes, yendo a la misa dominical y parándose a examinar, apoyado en su bastón, los cortes que presentan las arquivoltas de las dos entradas de la iglesia parroquial. Acercaría el político decimonónico su mano a aquellos graffiti involuntarios del pasado, que son enérgicos arañazos en la piel de la piedra, y palparía las hendiduras causadas desde siglos atrás por los vecinos de la villa, que afilaban allí sus machetes y navajas. Todas esas señales se siguen revelando hoy con la misma elocuencia que en la época de Juan Pariente, pensaría el estadista, como lo pensamos nosotros.
Un descendiente de Posada Herrera, Carlos de Posada Miranda, al que solemos ver en Oviedo cargado siempre con su cámara fotográfica, está sintiendo una fascinación similar. La siente al menos desde 2013, cuando empezó a formar tándem con el canónigo José María Hevia Álvarez para estudiar en la catedral de San Salvador los graffiti de los peregrinos medievales y las marcas de los canteros. En los últimos tres años lleva hechas al respecto más de dos mil fotografías, desde el instante en el que, “con una luz rasante, pudimos ver cómo surgían de la piedra las señales que los peregrinos, venidos desde lejanos puntos de Europa, habían dejado para testimoniar su presencia en un lugar sagrado”, dice De Posada Miranda. Él y Hevia leen nombres de peregrinos y son capaces de deducir de dónde procedían. Los graffiti, de una morfología muy variada, se encuentran tanto en el pórtico como en el interior, y sugieren una trayectoria que conduce a la Cámara Santa, a través de las zonas en las que era preciso esperar horas y horas hasta poder acceder a venerar las reliquias.
Según el profesor de Comunicación Audiovisual Francisco Reyes Sánchez, los graffiti son una firma con voluntad de estilo y contienen componentes narcisistas. Las pintadas, por el contrario, que poco tienen que ver con ellos a juicio del mismo profesor, son un mensaje, no una firma, y no tienen pretensiones de marcar estilo alguno.
En Llanes, desde los años de la Segunda República, había una pintada que sobrevivió al franquismo. Consistía simplemente en tres iniciales: UHP (Uníos Hermanos Proletarios), y estaba puesta en el puente Cagalín, en el tránsito del Cuetu a la carretera de Pancar. Ya no aparece a la vista, pero probablemente se encuentra oculta debajo de plantas enredaderas, con su mensaje impertérrito y su eco de la Revolución del 34 aún sin enmudecerse.
Pero para visibilidad a los cuatro vientos, para narcisismo descarado, para vocación de hegemonía irreverente, nada mejor que lo de “Pepinos”, el graffiti que ha surgido en el antiguo Tendedero de redes: una gigantesca firma dibujada sobre la pared del mirador que se alza en la punta de una península, entre la playa de Puertu Chicu y la entrada al puerto. Epígono del cercano faro, esta huella grafitera no lleva más colores que el blanco, el gris y el negro, pero irradia su ego a larga distancia. En la carretera a Toró es como mejor se ve, desafiando la lógica y la estética y disputando la visibilidad a los mismísimos Cubos de la Memoria de Ibarrola, que se divisan un poco más allá, en un segundo plano, descoloridos y resignados.

(Diario "LA NUEVA ESPAÑA" de Oviedo, sábado 3 de diciembre de 2016)






jueves, 11 de septiembre de 2014

DAVID LOCKINGTON DIRIGIÓ A LA OSPA EN LLANES



Dirigida por el británico David Lockington, el 3 de septiembre de 2014 la Orquesta Sinfónica del Principado de Asturias ofreció en la Basílica de Santa María de Llanes un concierto conmemorativo del Bicentenario del nacimiento del político y jurista llanisco José de Posada Herrera (1814-1885), dentro de un programa organizado por la Casa Municipal de Cultura de Llanes.


Fue un concierto muy singular. Se interpretaron obras de Beethoven, Vivaldi, Mendelssohn, Rossini, Kernis, Albéniz y Dvorak, cada una de las cuales fue presentada al público de un modo didáctico, ameno y distendido por componentes de la orquesta.

David Lockington ha desarrollado en los últimos veinticinco años su carrera de dirección en Estados Unidos. Fue nombrado director musical de la Grand Rapids Symphony Orchestra en enero de 1999 y de la Modesto Symphony en mayo de 2007. En marzo de 2013 fue nombrado director musical de la Sinfónica de Pasadena. 
Desde su llegada a los Estados Unidos en 1978, fue director de numerosas orquestas, director asistente de la Sinfónica de Denver, la Ópera de Colorado y director asistente y asociado de la Sinfónica de Baltimore. En 1993 aceptó el cargo de director musical de la Orquesta de Cámara de Ohio. Obtuvo el título de director musical de la Sinfónica de Nuevo México en septiembre de 1995 y fue director musical de la Filarmónica de Long Island desde la temporada 1996-97 a la temporada 1999-2000. Sus compromisos como director invitado han incluido actuaciones con las Sinfónicas de San Luis, Houston, Detroit, Seattle, Toronto, Vancouver, Colorado, Oregon, Phoenix y las Filarmónicas de Búffalo, Rochester y Louisiana; y la Orquesta de Saint Luke en el Carnegie Hall. Internacionalmente, ha dirigido la Northern Sinfonia en Gran Bretaña, la Orquesta Sinfónica de Radiodifusión China en Pekín y Taiwan y la English Chamber Orchestra de gira por Asia.
Había empezado su carrera como violonchelista y fue solista de la Joven Orquesta Nacional de Gran Bretaña. Después de acabar su licenciatura en la Universidad de Cambridge, se trasladó a Estados Unidos con una beca de la Universidad de Yale, donde obtuvo un master en violonchelo y estudió dirección con Otto Werner Mueller. Fue miembro de la Orquesta Sinfónica de New Haven y principal violonchelista asistente durante tres años con la Orquesta Sinfónica de Denver antes de dedicarse a la dirección.


La Orquesta Sinfónica del Principado de Asturias nació en 1991 bajo los auspicios del Gobierno del Principado y es un organismo autónomo de la Consejería de Educación, Cultura y Deporte.
Heredera de la antigua Orquesta Sinfónica Provincial, cuyos orígenes se remontan a 1939, la OSPA está compuesta por sesenta y nueve profesores de varios países de la Unión Europea, Rusia, Estados Unidos y Latinoamérica. Su actividad principal se articula en torno a las temporadas de conciertos que ofrece cada año en Oviedo, Gijón y Avilés. Por ellas han pasado algunos de los solistas y directores más relevantes del panorama internacional, además de sus directores titulares, Jesse Levine y Maximiano Valdés. Desde septiembre de 2012 asume su titularidad Rossen Milanov. 
De sus giras internacionales destacan las realizadas por México, Chile y China. En 2011 ofreció un concierto ante Benedicto XVI en la Sala de Audiencias del Vaticano, convirtiéndose así en la primera sinfónica española de titularidad pública que ha actuado en la Sala Nervi. En la temporada siguiente, la orquesta se convirtió en la primera institución europea y de la comunidad hispanohablante colaboradora del Carnegie Hall (Programa Link Up). Ha grabado para Classic Concert Records el primer CD de la serie “Diaghilev y los Ballets rusos”.









  

sábado, 17 de mayo de 2014

EL LLANES DE POSADA HERRERA DESDE EL PASEO DE SAN PEDRO (1883)

Dibujo hecho en 1883 por Lorenzo Vicente Criado, maestro de Salamanca desterrado en Llanes. (Archivo de H. del Río). 

OPINIÓN            

                                                   

Loa del cuco desde el Llanes de Posada Herrera


La huella de un maestro salmantino desterrado en la villa llanisca en 1885 



HIGINIO DEL RÍO PÉREZ

El maestro Lorenzo Vicente Criado formaba parte en 1883 del claustro del Colegio de la Encarnación de Llanes, un centro que llevaba funcionando una década y que contaba entre sus profesores con el notable músico y compositor Félix Segura Ricci. El 4 de abril de ese año Lorenzo fue padre de un hijo, que vio la luz en las manos de la partera “la Toriella”. El crío, al que pusieron el nombre de Emilio, fue apadrinado por Miguel Mantilla Hoyos, director del colegio, y la esposa de éste, Emilia Marín. Aquel Llanes tenía el pulso de una pequeña ciudad de provincias. El año anterior había pasado una temporada en Vidiago el poeta Zorrilla; José Posada Herrera, con el que se cruzaba Lorenzo alguna vez en las proximidades del Sablón, asumiría en breve la presidencia del Consejo de Ministros en el último horizonte de su currículo político, y estaban a punto de inaugurarse el Hospital y Asilo “Faustino Sobrino” y un teatro, a instancias de la Sociedad Casino de Llanes, con capacidad para 300 espectadores.

Cada día, Lorenzo Vicente Criado ascendía al Paseo de San Pedro para admirar el soberbio paisaje que se divisa desde allí. Pretendía interiorizar todo lo que veía. Lo quería dibujar todo con la calma oriental de la plumilla. La fotocopia de uno de sus dibujos nos ha llegado casualmente estos días. Con una intención descriptiva que vale más que mil palabras, aparecen numeradas las referencias que se presentaban a los ojos del profesor: la iglesia parroquial; la casa de los Posada; el palacio del Conde de la Vega del Sella, con el tejado a cuatro aguas coronando todavía cada una de las dos alturas laterales; los lienzos de muralla medieval; la torre de la época del rey de León Alfonso IX; la cárcel y Casa Consistorial, levantada 20 años atrás, durante la época de Posada Herrera como ministro de la Gobernación; el palacio de El Cercado, representado con mucho detalle; la capilla de Santa Ana; el inmueble de Fallo, sobre el que rompían las olas igual que ahora; la playa; la casa que habrían de habitar los inolvidables Teto y Domingo, que aún se conserva junto al actual Hotel Sablón; y el cementerio de Estacones. En el dibujo queda constancia de otras presencias explícitas de aquel paisaje urbano de finales del siglo XIX, como la casa de Valdés, el bosque en miniatura del gremio de mareantes, camino del Fuerte, y la capilla del Cristo en la lontananza, junto a la que había pasado él al llegar a Llanes por el camino real. Fuera del encuadre, sabemos que estaba funcionando el faro de la villa desde 1860.

Lorenzo Vicente Criado, salmantino, se sentía cómodo en aquel universo (posiblemente era incluso feliz), mas el infortunio no tardaría de aparecer en su vida. Su hijo murió al mes justo de nacer, y aquella desgracia cargó en su pluma acentos enrabietados, con los que rubricó un valiente escrito de denuncia al que llevaba dando vueltas desde hacía tiempo. Era una composición poética en tono de sátira contra el caciquismo imperante en su localidad natal, Mogarraz, en la comarca de la Sierra de Francia. La tituló “Loa del cuco” y se publicó en el periódico El Progreso de Salamanca el 20 de septiembre de 1885. Los versos explicaban el drama de un alarmante deterioro social y moral, de violencia, corrupción, impunidad y tropelías: “¡Pobre pueblo! ¡Pobres moradores! Sin amparo, sin leyes que os protejan, viendo que con abusos y atropellos os ponen un dogal de hierro al cuello. (…/…). Ya es hora de que despiertes. Sacude tu somnolencia (…/…)”, decía, acusando abiertamente de complicidad e interesada inoperancia al Ayuntamiento mogarreño.

Como consecuencia de aquel escrito, Lorenzo fue desterrado en 1885 (año en el que fallecería Posada Herrera). Cumplió el castigo en el paraíso llanisco, y la incendiaria loa del cuco quedó de este modo unida para siempre al sosiego del Paseo de San Pedro, desde cuya grandeza los caciques del mundo se ven insignificantes y efímeros.

(Artículo publicado en el diario LA NUEVA ESPAÑA el sábado 17 de mayo de 2014).