UNA IMAGEN EN BLANCO Y NEGRO SIEMPRE EN EL BOLSO
Pilar Pérez Bernot (la de la tienda de comestibles La Pilarica) llevaba siempre en el bolso dos o tres estampas en blanco y negro de la Virgen de Guía. Pilar era mi madre y presumía de ser devota de la Guía, como toda la familia de Pedro el Sordu (nuestro abuelo materno, que había bailado el Pericote con mozas de Cue en el prado de la ermita a finales del siglo XIX en la festividad del 8 de septiembre).
Mi hermano, Juan Pedro, y yo vimos alguna vez a Pilarina dar esas estampas a forasteros y personas diversas que tenían en común una profunda querencia por Llanes. Me acuerdo de haberla visto entregarlas en el Paseo de San Pedro a antiguos clientes de su tienda; o en Oviedo, cuando nos llevaba a comprar botas indestructibles de Segarra y nos encontrábamos con algún veraneante de toda la vida; o en Valladolid, donde pudimos cursar el bachillerato con una beca, cuando coincidía con otras viudas que tenían también allí a sus hijos estudiando; o a alguna conocida encontrada en el andén de la estación de Torrelavega, adonde iba a despedirnos a la hora de volver al internado tras las vacaciones; o en Madrid, donde continuamos la beca de estudios y encontraríamos luego trabajo.
Yo creo que la soledad de Pilarina, desde que enviudó a los treinta y dos años de edad, estuvo siempre unida a esa imagen de la Virgen sin color.
Hace un momento, después de ver pasar la procesión nocturna en el abarrotado y silencioso Puente, me acordé de esas estampas. Al llegar a casa abrí un cajón y saqué una (todavía deben quedarme diez, o así), la escaneé y la colgué en esta página para el que la quiera ver. Y aquí estamos Pedro y yo conservándola y contemplándola en nuestra orfandad; buscando en ella, un año más, amparo y consuelo, consuelo y esperanza; haciendo el repaso de la vida que uno lleva vivida; aferrados a la Fe y a las ilusiones del día a día, a pesar de las realidades del mundo. Acordándonos mucho, con una sonrisa y muy buenos recuerdos, de nuestra Pilarina del alma y de los seres queridos que ya se nos fueron.
(Texto publicado el 8 de septiembre de 2015 y actualizado hoy, diez años después).
Pilar Pérez Bernot (1924-2008), en sus años de juventud, en las proximidades del faro de Llanes.