"La Milagrosa", capeando el temporal (1934)
HIGINIO DEL RÍO PÉREZ
Vemos en la imagen, en plena acción, a “La Milagrosa”, de los hermanos Alvar, en una foto hecha a principios de 1934 por Pepe García Arco (el sobrino del gran Cándido García) o por Francisco Rozas Ramírez (el barbero y fotógrafo). Eran tiempos de incertidumbre y de graves turbulencias sociales y políticas. Las obras de prolongación del espigón de la Barra, dirigidas por el ingeniero José María Aguirre, iban muy despacio, y en el Ayuntamiento no estaban nada contentos con el trabajo del contratista, el gijonés Antonio Sánchez, apodado “el Criminal”, quien tendría un misterioso y trágico final en plena Guerra Civil, como he revelado en mi crónica “Muertes oscuras”, publicada en El Oriente de Asturias el 12 de noviembre de 1999.
Posiblemente, Ricardo Alvar Noriega y su hermano José, naturales de Pontevedra, habían venido a Llanes en la última década del siglo XIX para trabajar en el trazado del ferrocarril. Ricardo emigró luego a los Estados Unidos de Norteamérica, unos años antes de la Gran Depresión. Recaló en la ciudad de Nueva York, donde en seguida encontró trabajo en el organigrama de ordenanzas del nuevo Madison Square Garden, una colosal instalación deportiva, cubierta y de usos múltiples, construida en su tercera versión en pleno Manhattan e inaugurada en enero de 1925.
El sueño americano a Ricardo no duraría mucho. Se le rompió cuatro años después, cuando la economía mundial se colapsó por efecto del brutal desplome de la Bolsa, y decidió volver. (En 1963, su hijo, Pepe Alvar Iñarra, bautizaría con el sugerente y cosmopolita nombre de "Madison" la cafetería que puso en marcha en la calle Pidal).
De vuelta a Llanes, Ricardo se casó con una mozuca del
Valle del Pas, Manuela Iñarra Losey, y, en sociedad con su hermano José (al que
llamaban “Alvarón” por lo alto y fuerte que era) compraron una lancha de pesca de
considerable eslora: “La Milagrosa”.
En la Guerra Civil, Ricardo Alvar Noriega sería detenido por un comité local del Frente Popular, debido a su adscripción derechista. Estuvo preso y le mandaron a la zona de Villamanín (León), para realizar tareas de
fortificación. Murió de tuberculosis antes de que acabara la contienda.
En los años sucesivos, sería su hermano el que se
ocuparía por completo de la gestión de la lancha.
“La Milagrosa” estaba patroneada por Pitito (Martín
Batalla Bustillo), popular marinero casado con Isabel Rodríguez Pérez, sobrina
de Pedro Pérez Villa (Pedro “el Sordu”), con doce o trece hombres a bordo. De aquélla (hablamos de la década de los
30), atracaban en el muelle llanisco otras dos lanchas muy similares a ella: “Don Tomás”, de la que era
patrón un hermano de Pitito, Ricardo Batalla Bustillo, “Manzano”, y “Perpetuo Socorro”, de Fabián San Román, patroneada por el hijo del armador,
Lucas San Román Purón (cuya esposa sería la inolvidable Lina, que abriría un
comercio en la calle Mayor, esquina a Manuel Cue, dos décadas después). Las tres embarcaciones llevaban un motor
“Yeregui”, fabricado en Zumaya, que andaba como la seda.
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