Tony y Mercedes, en el Casino de Llanes, 1999. (Foto: H. del Río). |
OPINIÓN
OPINIÓN
Tangos y viva la Pepa
HIGINIO DEL RÍO PÉREZ
José Antonio
Soberón del Río, llanisco nacido en El Cuetu en 1928, emigró de joven a la
Argentina. Fue un modesto emigrante, alejado del paradigma del indiano rico. Él
y su esposa, Mercedes Bustos Soria, formaron una singular pareja de baile.
Frecuentaban en sus ratos libres animados centros culturales de barrio y
llegaron a ser campeones de tango en Buenos Aires. Siempre rigurosos en sus
movimientos, con el rictus de verdaderos profesionales, ganaban alguna perra
extra bailando en muchos actos sociales, aquí y allí. En una ocasión, fueron
contratados para actuar ante la tripulación del buque escuela “Juan Sebastián
Elcano”.
En febrero de
1999, el matrimonio hizo una visita a Llanes. Pasaron aquí unos días en medio
de profundas emociones. Desde su partida a América, cincuenta y tres años
atrás, Tony Soberón no había vuelto a pisar su tierra. El riveru, el Cuetu, San
Antón, el puente Cagalín, San Pedro, la Guía…
El alcalde, Manuel
Esteban Miguel Amieva, preparó para ellos en el Casino un homenaje del
Consistorio llanisco. Tony y Mercedes estaban como dos adolescentes. Después del protocolo
oficial, y para agradecer el detalle que se tenía con ellos, quisieron ofrecer
al público un recital de baile: metieron una cinta en un radiocassette y se
marcaron como peonzas una docena de piezas, entre ellas “La Comparsita ”, de Juan
d’Arienzo.
- “¿Cómo
fue su vida de emigrante?”, le había preguntado por la mañana un periodista
a Tony Soberón, en el transcurso de una rueda de prensa convocada en el
Ayuntamiento.
- “Vos
sabés... ¡Yo no fui a la
Argentina a jugar tenis!”, respondió él, con la mirada cansada
y algo descolorida, con el alma ya de vuelta de muchas cosas. De muchos tangos.
(De un artículo publicado en el diario LA NUEVA ESPAÑA el martes 19 de junio de 2007).
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