Llibro "Los 100 pueblos más bellos de España", de Osamu Takeda. |
ASTURIAS SIN JAPONESES
Cada año visitan España 400.000 turistas japoneses. Madrid, Toledo,
Andalucía y Barcelona son sus destinos de preferencia. El 30 por ciento de ese
civilizado y risueño contingente se desplaza en viajes organizados por los
tour-operadores “Japan Travel Bureau”, “Kintetsu International Express” y “Nippon
Travel Agency”. Desde mediados de los años noventa, se ha incorporado al
circuito Galicia, donde se viene notando un cierto flujo al hilo de las
propuestas jacobeas; pero los hijos del Imperio del Sol Naciente siguen sin
descubrir los atractivos de nuestro Paraíso Natural... Algo falla.
La captación de turistas japoneses en Asturias no pasa de ser una anécdota,
sin huella en los registros estadísticos. En el siglo XXI no hay más remedio
que seguir atribuyéndola a la casualidad, igual que cuando aterrizó en Llanes
un pintor de Tokio llamado Tetsuo Hirata, hace más de treinta años. Para los
chavales que jugábamos al fútbol en el Sablín, aquel personaje de Kurosawa,
hospedado en casa de Tonina “la
Pita ”, representaba la nota más exótica que nos podíamos echar
a la cara después de ver “El puente sobre el río Kwai”. (Hirata, que pintaba
magistralmente rincones del puerto con lanchas en reposo, ponía a secar
chicharros en el tendal, para comérselos según las costumbres ancestrales de su
honorable país, pero terminaría aficionándose a los huevos “a la ranchera” del
bar de Elvirina y a la rúbrica del café, copa y faria. La fascinación que
despertaba entre la rapacería llegó a cotas insospechadas cuando nos enteramos
de que en 1945 había hecho el juramento de los kamikazes y de que se había
librado por poco de entrar en combate contra la flota de Truman. Su pasajera
presencia y las excelentes exposiciones de óleos que presentó en la Casa Consistorial
y en el Hotel “Don Paco” ya forman parte de la memoria colectiva llanisca).
La casualidad congenia mal con el marketing. Ésa es la cosa. Por eso,
atraer a los súbditos del industrializado país asiático podría ser una de las
prioridades turísticas del Principado, en un momento en que parecen concurrir
circunstancias favorables para un cambio de tendencia. Muchos de ellos
franquean hoy las puertas del Museo del Prado con una guía de viajes bajo el
brazo titulada “Los cien pueblos más bellos de España” (editada por la Cámara de Comercio
Hispano-Japonesa. Madrid, 1999), en la que figuran Cangas de Onís, Cudillero,
Llanes y Luarca. Su autor, Osamu Takeda, es miembro del Pen Club e hispanista
de larga trayectoria, y está preparando una monografía sobre la “Ruta de la Plata ”. Autor de libros como
“Españoles y japoneses” (premiado por la Asociación Literaria
de Japón) y “Desde el país de don Quijote”, lleva más de tres décadas viviendo
en Madrid. Es corresponsal de varios periódicos y revistas y transmite a sus
compatriotas el conocimiento de la patria de Cervantes. Pero, por encima de
todo, Takeda es director de la delegación española de Kintetsu, un “holding”
con sede en Osaka, que controla en la zona central de Japón líneas de
ferrocarril, grandes almacenes y cadenas de hoteles, y que es propietario del
parque temático “Parque España” en la ciudad de Shima. Sobra decir que en la
agenda de quien corresponda debería tenerse bien anotado el teléfono de este
hombre.
Higinio del Río Pérez
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