EN EL 125º ANIVERSARIO DEL COLEGIO DE LA ARQUERA
Apuntes sobre las vicisitudes de la institución en la Revolución de Octubre y la Guerra Civil
“Las circunstancias”, igualmente, fueron el motivo de que no se hiciesen exámenes de fin de curso en julio de 1933, y de que el colegio enviase a los padres de los alumnos una circular anunciando que los hermanos de la Salle dejaban la enseñanza. Esto causó una conmoción, y numerosos llaniscos emprendieron espontáneamente el camino hasta La Arquera para mostrar su lealtad y su solidaridad a los religiosos, que, a la sazón, ya vestían de paisano.
El curso siguiente se abrirá el 9 de
septiembre de 1934, pero a la vuelta de la esquina estalla la Revolución de
Octubre. Con todo, y pese a las terribles noticias que llegaban del centro de
la región (en Turón son asesinados nueve hermanos de la Salle), en La Arquera no
se suspenderán las clases ni un solo día. “Mientras
duró la tormenta revolucionaria -recordará el hermano Gaudencio, director
entonces del centro-, los llaniscos
vigilaron todas las noches a su querido colegio por si algo pudiera ocurrirle”.
Otro hermano, Abdón, apuntará: “No pasó
nada; dimos las clases normalmente; veíamos pasar las tropas, y nada más”.
Viene luego, casi sin solución de continuidad,
la Guerra Civil. La rebelión militar del 18 de julio de 1936 sorprende a los
religiosos en Bujedo (Burgos), en pleno retiro espiritual. La Arquera está deshabitada
y su archivo es saqueado salvajemente. El
edificio pasará a ser escuela unitaria y, después, hospital. El capellán,
Remigio F. Carral, desaparece, y se teme lo peor (se sabrá después que pasó la
guerra escondido y a salvo en una casa de La Portilla).
Gaudencio y cuatro hermanos pertenecientes a
otros colegios, aguardaban en Colunga, en medio de un tenso compás de espera. Son
detenidos el 30 de julio y trasladados a Gijón, pero pueden regresar y
encuentran acogida en Pancar y lugares próximos a la villa. El 27 de octubre son
detenidos de nuevo y en la checa les abofetean unos milicianos forasteros. Se
presenta allí una representación de valientes llaniscos que reclaman su
liberación, y se obra una especie de milagro: “Sí. Por los frailes de La Arquera, todo; por vosotros, nada”, les
grita uno de los carceleros. Acto seguido, y dirigiéndose a los hermanos
detenidos, mete baza otro de los milicianos: “Según las leyes de la República, teníais que ser fusilados, pero hemos
visto que estáis con los pobres y que el pueblo y sus dirigentes os quieren.
Por ello y por ellos os damos la libertad”. El socialista y antiguo alumno
del colegio Pedro G. Bustillo, que sería elegido alcalde en mayo del 37, había proclamado
poco antes: “¡De estos frailes respondo
yo!”
(El colegio de La Arquera se cerró en 1967 y
se reabrió en 2002, reconvertido en Centro de Educación de Personas Adultas. Este jueves, 18 de diciembre de 2025, celebra felizmente su 125º cumpleaños).
(Artículo publicado en el diario LA NUEVA ESPAÑA el jueves 18 de diciembre de 2025).




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