miércoles, 25 de marzo de 2020

EL RENACER DE LA BANDA DE MÚSICA DE LLANES

La Banda de Llanes, en un concierto en 2018.
OPINIÓN                                                               

¡Música, maestro!




HIGINIO DEL RÍO PÉREZ

Del violinista y compositor Félix Segura Ricci, coetáneo de Brahms, sólo se conserva una fotografía, incrustada en 1878 en una orla del Colegio de la Encarnación. Había nacido en Santander, pero pasó más de la mitad de su vida en Llanes, donde fallecería en 1889. Fue él quien, en 1858, cimentó la escuela (Academia) de Música, que se había abierto tres años antes bajo la dirección de Genaro González. Dejó en la villa llanisca muchos discípulos y compuso para los Bandos de fiestas brillantes partituras.

A él se debe la idea de fundar en la Academia una Banda –bautizada como la de Santa Cecilia-, con la que daría conciertos en El Fuerte durante las tardes de verano. Por momentos, aquel grupo de músicos que dirigía quedaba diezmado como consecuencia de la emigración a América, si bien su presencia en las solemnidades locales se hacía imprescindible. Dos de los elementos fijos eran el tambor “Machote”, alguacil del Juzgado de 1ª Instancia, y el bombardino “el Tato”, que a la muerte de don Félix formaría su propia orquestina.


La Banda y la Academia (cuya sede estaba primeramente en el antiguo inmueble del gremio de mareantes de San Nicolás, en la Plaza de Santa Ana, y más tarde cerca del sitio en el que se levantaría la Rula a mediados de los años 30) eran las dos caras de la misma moneda.
Actor aficionado, el maestro Segura gustaba de asomar sus barbas en obras de teatro que se representaban en el salón del segundo piso de la casa “de las Maestrinas” –después Colegio de las Monjas-, situada al final de la Calle Mayor, y formó parte de la Sección de Declamación del teatrillo de la Pedraya, habilitado en un almacén que estaba en el sitio que ocupa el Café Pinín. Interpretó un papel en “El zapatero y el Rey”, poco antes de que se construyera en 1882 el Teatro de Llanes en una huerta trasera de aquel lugar.
Le siguieron en la dirección de la Banda Estanislao Verguilla (autor de la música de la zarzuela “La romería de Santa Marina”, de Demetrio Pola, estrenada en el Teatro de Llanes en 1894); Federico Gassola (ex solista de saxofón de la Banda de Alabarderos de Madrid); Luis Espinosa de los Monteros (director, después, de la Banda Municipal de Santander); Pedro Gorrochátegui; Miguel González Arce; y Rodolfo Pérez Balmori, “Roro” (éste último, organista de la iglesia parroquial y artífice de la reorganización del grupo, sería asesinado por un izquierdista fanático dos meses antes de estallar la Guerra Civil).
Con altibajos y alguna interrupción, la cosa duró hasta el drama de 1936. Pero hoy, sesenta y seis años después del último pasodoble, algo se está moviendo en Llanes. Al igual que sucedió en el seno de la primitiva Academia, en la actual Escuela Municipal de Música ha germinado el proyecto de una nueva Banda. Maneja la batuta el profesor de guitarra Julián Tuero García, que en su etapa de estudiante en los Estados Unidos había dirigido bandas de música escolares en Edgewood (San Antonio, Texas) y en Wichita (Kansas). Él y una veintena de alumnos se afanan en ensayos para hacer posible el milagro de recuperar una parte de nuestra historia. ¿Conseguirán contagiar su entusiasmo a los llaniscos?

(Artículo publicado en el diario LA NUEVA ESPAÑA el miércoles 6 de noviembre de 2002).

Félix Segura Ricci.
La Banda de Música de Llanes, dirigida por Federico Gassola.
(¿Foto hecha por Cándido García, sobre 1904?).


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