¡Música, maestro!
Llanes: historia, cultura y territorio
Cuaderno de Higinio del Río
jueves, 6 de noviembre de 2025
BANDA DE MÚSICA DE LLANES: UNA INICIATIVA DE MEDIADOS DEL SIGLO XIX
jueves, 23 de octubre de 2025
El lunes 6 de octubre de 2025, la antigua Escuela de Comercio de Gijón acogió
el acto de presentación del libro “Diásporas y fronteras, Llanes 2002-2025. De
los exilios de 1936-1939 a los refugiados climáticos”, en cuyas páginas
se recogen las ponencias expuestas a lo largo de veintitrés años en los cursos
estivales que organiza la Universidad de Maryland en la villa llanisca.
La iniciativa académica de la
universidad norteamericana se viene desarrollando desde el principio bajo la
dirección de José María Naharro-Calderón, catedrático de Literatura española,
Culturas ibéricas y Estudios del exilio en la Universidad de Maryland. Al
curso, todo un clásico ya en el verano llanisco, asisten alumnos procedentes de
distintas localidades de España y del extranjero.
En el acto celebrado en Gijón, conducido
por la periodista de RTPA Patricia Martínez, acompañaron al profesor
Naharro-Calderón en la mesa tres de los ponentes que habían participado en el
curso: el musicólogo Carlos José Martínez Fernández, Higinio del Río Pérez,
director de la Casa Municipal de Cultura durante más de treinta años, y el
historiador Ramón García Piñeiro.
jueves, 4 de septiembre de 2025
PARTARRÍU, AYER Y HOY
Siguen
acudiendo a la verja los turistas para contemplar el edificio, buscando las
inquietantes sensaciones suscitadas por la película “El Orfanato” (2007), de
Juan Antonio Bayona, pero ahora el personal se siente atraído también, con
desconsolada perplejidad, por las moles para viviendas residenciales que han
ido surgiendo a toda velocidad en su entorno ajardinado.
Ese porche con tejado de teja es un elemento
ajeno al proyecto arquitectónico original, y ha nacido ahora por generación
espontánea y contra natura. Trae consigo, además, el más que probable dislate de convertir en
puerta una de las ventanas de la fachada.
Los llaniscos sabemos de sobra que en la fachada principal, que da a la avenida de la Concepción, nunca hubo un porche.
Sí había uno, amplio y señorial, en la parte trasera y lateral, instalado en 1899. Lo dejó bien reflejado Cándido García (1869-1925) en dos conocidas fotografías. Estaba orientado cara al camino de La Portilla y la carretera de El Cristo, en las proximidades del bien construido muro de cierre y de una de las puertas enrejadas (desde luego, no la principal) repartidas a lo largo de la pared del perímetro.
La catedrática de Historia del Arte María Cruz Morales Saro
lo explica con claridad en un libro publicado en 1999: “La casa se abría al
jardín por medio de una gran terraza que ocupaba dos frentes del ángulo
Sur-Este de la planta baja, con antepecho de hierro y que luego se repitió en
la Quinta Guadalupe” (lo que es hoy el Archivo de Indianos de Colombres, obra
también de Lavín Casalís). “En la actualidad ha desaparecido fruto de una
reforma, pero era un elemento fundamental que permitía comprender el edificio
en su totalidad”, afirma la profesora.
Desde esa terraza o porche (que no estaba, repito, en el sitio en el que ha aparecido ahora el esperpéntico añadido) dio un célebre mitin el senador José de Parres Sobrino en 1909, en la
campaña electoral que daría el triunfo a la alianza liberal, encabezaba por él,
sobre las fuerzas conservadoras. Tengo en mi archivo una fotografía que recoge uno de los momentos de aquella intervención de Parres desde el porche original.
miércoles, 3 de septiembre de 2025
DOS HORAS DE UN LLANISCO ANTE PETER O'TOOLE EN EL "APOLLO" LONDINENSE
OPINIÓN
domingo, 22 de junio de 2025
EL ESCUDO DE ARMAS DE LLANES Y LOS ZARPAZOS DE LA HISTORIA
UN LEÓN DEBAJO DE LA ESCALERA
Extravío y pervivencia del escudo de armas más antiguo de la villa de Llanes
Lucía junto a la Puerta de Villa, que daba acceso
a la Calle Mayor, y en ese punto neurálgico, al abrigo del arco de entrada, se construirían
en 1571, reinando Felipe II, dos soportales o pórticos con techumbre y columnas,
uno a cada lado, por la parte exterior de la muralla. El de la izquierda, según
se mira hacia la plaza de Santa Ana, estaba amueblado con un par de mesas grandes
de piedra, en torno a las cuales celebraban sus reuniones las autoridades
locales (regidores, jueces y alcaldes) y se fijaban los anuncios y avisos
oficiales para conocimiento de los vecinos, con el león siempre vigilante desde
el lienzo de la pared de fondo. El soportal de la derecha era otra cosa. Llamado
“del Peso” porque en él se pesaban las mercancías que entraban en Llanes, daba
vida a un animado guirigay de sacamuelas, rapabarbas, zapateros y apañados arregladores
de paraguas.
Los soportales fueron puestos a la venta por
el Ayuntamiento en los últimos años de la década de 1880 y, como resultado de
ello, Vicente Pedregal Romano (padre del escritor e historiador Vicente
Pedregal Galguera) adquiriría el de la izquierda, y Manuel Toledo Benito, madrileño,
masón, funcionario de Telégrafos en la villa y propietario y director entonces del
semanario El Oriente de Asturias, se haría con el de enfrente. A ambos les faltó
tiempo para derribar aquellas reliquias del pasado y construir en su lugar sendos
edificios de excelente arquitectura, uno de los cuales, el de Manuel Toledo, conocido
como “la Casa de las Siete Puertas” (número 2 de la Calle Mayor), mantiene tallado
en la puerta el año de su inauguración, 1890.
El medio león se perdería de vista por
aquellos años. Fue una desaparición incomprensible y chusca, reflejo del proverbial
desinterés que siempre han mostrado los llaniscos por su patrimonio histórico y
monumental. El paradero de la pieza, sin embargo, nunca fue del todo un enigma,
según pondrían de relieve los cronistas Vicente Pedregal Galguera y Fernando
Carrera Díaz-Ibargüen en algunas de sus publicaciones. Pedregal, en los años
cincuenta del siglo pasado, reveló que el blasón se encontraba en las entrañas
de la casa levantada por su padre, en el número 1 de la Calle El Castillo.
Tras permanecer escondida allí más de cien
años, la piedra armera se encontraría en 1992, de pura casualidad y con motivo
de las obras de rehabilitación del edificio: en una jornada de huelga general,
marcada por el cierre de los bares y el miedo a los piquetes, los obreros llevaron
al tajo su comida cocinada; removieron y acomodaron piedras y ladrillos para
hacer un fuego y calentar las tarteras, y de pronto, en el limbo de un rincón
del portal, apareció la efigie del medio león.
La noticia no trascendió a la prensa. Los propietarios del inmueble (Julio Álvarez Palacio, Manuel Miguel Amieva, Demetrio Sanz Ruiz y Rafael Sobrino Fernández) dieron cuenta del hallazgo a las autoridades regionales, y la historia tuvo así un final feliz. Desde 2003 el escudo de armas preside majestuosamente la escalera de la Casa Consistorial.
(Artículo publicado en el diario LA NUEVA ESPAÑA el viernes 20 de junio de 2025).
sábado, 24 de mayo de 2025
LOS ESCULTORES ANTONIO SOBRINO Y MERCEDES CANO DONAN UNA OBRA AL CENTRO DE EDUCACIÓN DE PERSONAS ADULTAS DE LLANES
DOS ARTISTAS EN LA ARQUERA
Charla de presentación de la pieza escultórica "Polifemo"
Por HIGINIO DEL RÍO PÉREZ
Decíamos
en un artículo publicado en LA NUEVA ESPAÑA en enero de 2024 que la senda
artística emprendida por Antonio Sobrino
Sampedro en los años noventa tuvo su punto de partida en mimbres familiares,
que determinaron su vocación, y en el diálogo entre el fuego y el hierro, que habría
de acompañar siempre sus pasos. Nacido en 1970, descendiente de un emigrante
corito en Cuba y en México (Cayetano Sobrino Mijares, 1853-1915), su bisabuelo, coetáneo
de Manuel Cue), Antonio
es de los hombres que saben aprovechar cabalmente los recursos y oportunidades que
la vida va poniendo en su camino.
De su tío abuelo Emilio Sobrino Mier, escultor y pintor, aprendió lo básico de la talla, del dibujo y de la pintura; de la mano de otro pariente cercano, Antonio Sampedro Marcos, hermano de su madre María Pilar, empezaría a ejercer el oficio de la forja en la vieja herrería de Bricia en la que su abuelo materno, Antonio Sampedro Collado, había dedicado muchas horas de su vida a hacer carros de labranza y enrejados.
Emilio Sobrino Mier (1903-1992), formado en la
Escuela de Bellas Artes de San Fernando de Madrid, en cuyas aulas coincidió e
hizo amistad con Juan de Ávalos, era
el autor de la magnífica estatua de Posada
Herrera que desde 1963 preside el parque de la villa. Esa pieza, cincelada y
rematada en el taller madrileño de Ávalos,
vino a sustituir a la figura original, obra de José Gragera, inaugurada en 1893 y desaparecida en la Guerra Civil.
Emilio Sobrino tenía su estudio en La
Moría, en la planta baja de una casa marinera de galerías abiertas al Sablín y una
atmósfera de Montmartre en su interior. Era un artista sin pretensiones, pese a
su enorme valía, pero conformábase con disfrutar de su tarea creativa sin el
menor asomo de prisa o de agobio. Cuando ponía en el tendal una llamativa servilleta
(siempre la misma servilleta de vistosos colores) era como si activara un
código de aviso a navegantes: era la señal de que estaba ocupado en lo suyo y que
no se le debía molestar hasta que la personalísima bandera se arriase. Aquel
hábitat sagrado del escultor sería frecuentado por Antonio Sobrino Sampedro, nieto del hermano mayor de Emilio. Allí, de rapaz, se iniciaría Antonio en el arte de modelar.
MÁS DE 30 AÑOS DE TRABAJO
Antonio trabajaría, desde muy joven, en varios talleres de
forja, primero en condición de aprendiz y luego como oficial, hasta que,
finalmente, decidió alquilar una nave en Celorio y empezó a ejercer el oficio
por su cuenta. Hoy acumula ya,
apasionada y pacientemente, más de tres décadas de trabajo, compartidas desde 1992
en una unión profesional y personal a todos los efectos, con Mercedes Cano Redondo (Madrid, 1971), a
la que conoció en 1991 en Llanes, donde ella estaba desempeñando un trabajo de
temporada de verano. Hasta ese momento, en el currículo laboral de Mercedes en Madrid constaba una corta
pero enriquecedora experiencia como ilustradora en el equipo de la productora
de dibujos animados Cruz Delgado,
además de su participación en la elaboración de decorados y escenografías de
teatro. En Llanes, Antonio iría introduciendo
a su compañera en los secretos de la forja, y luego, Mercedes estudiaría la carrera de Historia del Arte en el Campus del
Milán de la Universidad de Oviedo. Los mismos estudios, por cierto, que va a
iniciar en breve Antonio, una vez
superado en el Centro de Adultos de La Arquera el curso de acceso a la
Universidad.
En 1994
ambos darían forma a su propuesta artística “Hierro vivo”, de la que derivó,
aquel mismo año, una primera y prometedora exposición, organizada en la Casa
Municipal de Cultura de Llanes. A los registros e inagotables posibilidades de
ese proyecto siguen entregados Antonio y
Mercedes. Golpe a golpe. Perseverantes,
perfeccionistas. Inmersos en la búsqueda de lenguajes y metáforas. Sopesando
profundamente cada fase del proceso creativo.
ENCUENTROS CON CHIRINO
En
1999 participaron en el taller de escultura que impartió Martín Chirino en la Fundación Botín de Santander, y esto supondría
para ellos el encuentro con un maestro fundamental. Con él harían otros dos talleres: en la Fundación Unión Fenosa de La
Coruña (2002) y en los encuentros Al Norte, promovidos cuatro años después en
las instalaciones de Arcelor Mittal en Gijón. Los cursos ofrecían una
importante parte conceptual. En las conversaciones con Chirino se compartían experiencias y se rastreaban los fundamentos
de la obra escultórica contemporánea, descubriendo espacios ocupados con líneas
o espirales, a modo de dibujos en el aire, que capturan y dan sentido al vacío
entre ellas; y se reflexionaba sobre el origen de la escultura de hierro y el papel
jugado en este sentido por Julio
González, verdadero iniciador en España.
A día
de hoy, la pareja de creadores contabiliza en común un amplio catálogo de sugestivas
obras, que se hallan repartidas por variadas geografías. Mencionaré algunas de
ellas: “El Estudiante” (1995), en el Campus de Humanidades de la Universidad de
Oviedo; “Trilobite” (2001), en los jardines del Centro de Escultura Museo Antón
de Candás; “Con tempo” (2002), una intervención en el casco histórico de Llanes
por medio de la colocación sobre el empedrado de noventa y tres placas metálicas,
de base de acero cartén y letras en acero inoxidable marino; contienen estas
placas fragmentos extraídos de tres poemas de Celso Amieva (“Diana sin hiel a la Puebla de Aguilar”, “Soneto a la
sidra” y “Las costas de Tor”) y trazan un recorrido a pie de calle que excita
la curiosidad de los turistas.
Otras
obras de Antonio y Mercedes en la villa llanisca son la
titulada “Horizonte” (2001), plasmada en una pared de la sala de conciertos de
la Escuela Municipal de Música; “Lluvia” (2003), sutil instalación que cuelga del
techo del patio interior del Ayuntamiento, colocada allí tras la reforma a que
fue sometido el edificio consistorial bajo el mandato del alcalde Antonio Trevín, y “Domus” (2006), una pieza
hecha por triplicado y ubicada al aire libre junto al espacio que ocupó la
Plaza de Toros, cuyas réplicas se muestran en dos localidades canarias hermanadas
con Llanes: Adeje (Tenerife) y Tías (Lanzarote).
De
ninguna manera se nos ha de olvidar mencionar en este recuento su primera,
hasta ahora, incursión internacional, surgida en 1999 dentro de la iniciativa
“Pueblo Cultural de Europa”. En aquella oportunidad participaron en el Simposio
de Escultura “Een Zee Van Staal/ Beelden Kust”, en la localidad holandesa de
Wijk aan Zee, con una escultura móvil eólica que titularon “Esperanza”. La
realizaron in situ, durante un
período de dos meses, en una de las naves de los altos hornos del lugar, donde
fueron puestos a su disposición todos los medios necesarios. A la inauguración
de “Esperanza”, que está colocada frente a la mar y azotada por los vientos, acudió
la entonces Reina Beatriz de Holanda.
La
vida laboral de Antonio Sobrino y Mercedes Cano tiene su escenario en la
casa-taller en la que residen, en la localidad de Barro. Doman allí la materia
incandescente, despliegan repertorios y aventuran formas que asemejan estructuras
y movimientos de la naturaleza. Sus obras de gran formato están concebidas para
interactuar con el entorno (lo que resultó evidente, por cierto, en la
exposición “Cardumen”, presentada en 2023 en el Centro de Arte Contemporáneo de
Villapresente, en Reocín, Cantabria; pero al propio tiempo objetivan trabajos a
escala más pequeña, en los que entran en juego la madera y la cerámica combinadas
con el hierro y el acero.
El
crítico de arte Ángel Antonio Rodríguez
viene siguiendo atentamente desde hace años el quehacer de la pareja y ha
captado la impronta y los rasgos esenciales que identifican a Antonio y Mercedes, entre ellos el talento para transmutar y hacer maleables
los metales, la visión de las posibilidades de la materia en relación o en
contraste con referencias a veces insospechadas, la mirada poética con la que
se acercan a lo matérico, la relación de equilibrio que establecen con el
espacio circundante, y la intención de ser siempre introspectivos y de sugerir
introspección a todo el que contempla sus obras.
ARTISTAS Y ARTESANOS
Son escultores
y herreros. Artistas y artesanos que aúnan vanguardia y tradición.
Como
era previsible, su trayectoria está despertando cada vez más atención dentro y
fuera del Principado. Así, en 2020 les fue encargado un trabajo en el antiguo
cementerio de Comillas, en cuyo núcleo se conservan las ruinas de un templo
gótico. Tal espacio había sido reformado en 1893 por el arquitecto catalán Doménech i Montaner, que agrandó el
camposanto, lo rodeó de una cerca de mampostería, escalonada para adaptarse al
terreno y rematada por pináculos, y diseñó para el arco de entrada una
monumental verja modernista, en la que quedaba resaltada la simbología
cristiana. Esa fue la pieza que Antonio
Sobrino y Mercedes Cano
restauraron de forma magistral. Una tarea en la que invirtieron dos años, a lo
largo de los cuales compusieron y ensamblaron un puzzle de 1.300 elementos
nuevos de hierro forjado, idénticos a los originales. Pura orfebrería.
Asumirían
no mucho tiempo después una intervención similar en esta casa: la restauración,
en concreto, de la rejería, que se conserva casi en su integridad. De factura
modernista, lleva instalada desde 1900, año de la inauguración de las Escuelas
Cristianas de La Arquera, fundadas por el benefactor Manuel Cue Fernández. Estamos en un edificio emblemático,
proyectado por el arquitecto cántabro Valentín
Ramón Lavín Casalis, autor también del proyecto de otras dos notables
mansiones del entorno: la Quinta Guadalupe en Colombres, sede actual del
Archivo de Indianos, y Villa Partarrío en Llanes. En 2023 un automóvil impactó
contra la verja principal de La Arquera, causando en ella considerables
desperfectos, y Antonio y Mercedes serían los encargados de
recomponerla desde el año pasado. Ya han completado dos de las tres fases que
hay previstas. Del montón de restos sobrantes de la restauración saldría el
cíclope “Polifemo”. Se trata de una pieza escultórica concebida y pergeñada
sobre la marcha, de improviso, producto de una súbita inspiración como “arte
encontrado”, en sintonía con el concepto de “objet trouvé” de Marcel Duchamp. A partir de hoy, la
representación simbólica del personaje mitológico “Polifemo” encuentra aquí, por
expreso deseo de sus recreadores, un digno acomodo entre los afanes de superación
personal que alientan los alumnos del Centro de Educación de Personas Adultas
Oriente-Costa de Llanes.
La Arquera, Llanes, 22 de mayo 2025.
viernes, 25 de abril de 2025
LLANES Y LAS BALLENAS (UNA PROTESTA EN VOZ ALTA)
EXPOSICIÓN "LLANES Y LAS BALLENAS"
martes, 8 de abril de 2025
"LLANES Y LAS BALLENAS", UNA EXPOSICIÓN PARA LA HISTORIA
El programa concebido por Higinio del Río incluyó la proyección de la película “Moby Dick” (1956), de John Huston, y dos conferencias a cargo de especialistas: “La caza de la ballena en Asturias a través de la documentación histórica”, por Manuel Ramón Rodríguez, y "La pesca de la ballena. Trabajos arqueológicos para aportar información histórica", por Carlos Nores Quesada (Universidad de Oviedo) y José Antonio Pis Millán (Centro de Experimentación Pesquera del Principado).












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