Llanes: historia, cultura y territorio
Cuaderno de Higinio del Río
viernes, 5 de diciembre de 2025
FÉLIX SEGURA RICCI Y LA BANDA DE MÚSICA CREADA EN LLANES EN 1858
domingo, 30 de noviembre de 2025
EL ENCUENTRO DE HABANERAS DE LLANES (1998-2019): VEINTIDÓS EDICIONES CONSECUTIVAS
Higinio del Río
Con la participación de un total de 65 formaciones corales de Asturias, Cantabria y País Vasco, desde 1998 y hasta 2019 se celebraron en la Basílica de Santa María veintidós ediciones del ENCUENTRO DE HABANERAS DE LLANES, uno de los programas de más éxito puesto en marcha por la Casa Municipal de Cultura. Permanecen en el tiempo y en la memoria colectiva de llaniscos y forasteros muy buenos y emocionantes recuerdos de todos y cada uno de aquellos conciertos polifónicos, que terminaban siempre con la interpretación al unísono, por parte del público y de los coros participantes, del himno de Asturias. Invariablemente, el templo presentaba un lleno absoluto. He aquí el programa de las 22 ediciones:
- 1998, 24 de julio. I Encuentro, patrocinado por la empresa Hidroeléctrica
del Cantábrico. Participaron: Coro Santiaguín, de Sama de Langreo, Agrupación Coral Tierra Verde, de Santander, y Coral Oihartzuna de Muzkiz,
Vizcaya.
- 1999, 23 de julio. II Encuentro: Coral Polifónica de Ribadedeva, de Colombres, Coral Voces Cántabras, de Cabezón de la Sal, y Coral Oihartzuna de Muskiz.
- 2000, 14 de julio. III Encuentro: Coral San Martín, de Sotrondio, Coral Aires de Castro, de Hinojedo (Suances, Cantabria), y Coral Ohiartzuna de Muskiz, bajo la dirección de Justo González Antuña, Valeriano Labrador Ruiz y José Luis Sáez García, respectivamente.
- 2001, 13 de julio. IV Encuentro: Coral Polifónica Piloñesa, de Infiesto (directora: Patricia Martínez Iglesias), Coral Barquera, de San Vicente de la Barquera, (dir.: Pedro Guerra Preciado), y Coral Oihartzuna de Muskiz (dir.: José Luis Sáez García).
- 2002, 19 de julio. V Encuentro: Schola Cantorum Vírgen del Carbayu, de La Felguera (dir.: Joaquín María Sandúa Fernández), Agrupación Coral Santa María, de Castro Urdiales, Cantabria (dir.: Begoña Goikoetxea Biguri), y Coral Oihartzuna de Muskiz (dir.: José Luis Sáez García).
- 2003, 18 de julio. VI Encuentro: Coral San Martín, de Sotrondio (dir.: Justo González Antuña), Coral Municipal de Astillero-Guarnizo, Cantabria (dir.: Javier d’Hers), y Coral Trapagako Abesbatza, de Trápaga, Vizcaya (dir.: Xaber Gaztelu).
- 2004, 16 de julio. VII Encuentro: Coral Roberto Luna, de Gijón (dir.: Roberto González Rodríguez), Agrupación Coral Tierra Verde, de Santander (dir.: José Ramón Rioz), y Coral Irutasun Abesbatza, de Algorta-Getxo, Vizcaya (dir.: José Manuel Gómez Villán).
- 2005, 15 de julio. VIII Encuentro: Coro La Flor, de Lena (dir.: Marco Antonio Cuiñas González), Coro Brumas Norteñas, de Comillas, Cantabria (dir.: Luis Expósito Rodríguez), y Coral Santa María de Portugalete, Vizcaya (dir.: José Manuel Gómez Villán).
- 2006, 14 de julio. IX Encuentro: Coral Santa María, de Lieres, Siero (dir.: Faustino Martínez García), Coral de los Corrales de Buelna (dir.: Justi Echevarría), y Coral Oihartzuna, de Muskiz, Vizcaya (dir.: José Luis Sáez García).
- 2007, 13 de julio. X Encuentro: Coro Mixto San Pedro, de Cudillero (dir.: Mailis Velasco Recio), Coro Ronda Valle de Camargo, de Maliaño, Cantabria (dir.: Lorenzo Lizaso Castanedo), y Coral Oihartzuna, de Muskiz, Vizcaya (dir.: José Luis Sáez García).
- 2008, 11 de julio. XI Encuentro: Agrupación Coral Concejo de Llanes (dir.: Pedro de Celis), Coro Ronda La Esperanza, de Requejo, Campoo de Enmedio, Cantabria (dir.: María Isabel San Miguel y García), y Orfeón Baracaldés, de Baracaldo, Vizcaya (dir.: Mónica González Arzuaga).
- 2009, 10 de julio. XII Encuentro: Agrupación Coral Concejo de Llanes (dir.: Pedro de Celis), Coro Amigos de la Canción, de Santoña, Cantabria (dir.: Jesús Peña Rey), y Coral Oihartzuna, de Muskiz (dir.: José Luis Sáez García).
- 2010, 16 de julio. XIII Encuentro: Agrupación Coral Concejo de Llanes (dir.: Pedro de Celis), Coro Polifónico Voz del Pueblo, de Guarnizo, Cantabria (dir.: Jesús Carmona), y Coral Trapagako Abesbatza, de Trápaga, Vizcaya (dir.: Xaber Gaxtelu Izaguirre).
- 2011, 15 de julio. XIV Encuentro: Agrupación Coral Concejo de Llanes (dir.: Pedro de Celis), Coral Virgen de la Consolación, de San Felices de Buelna, Cantabria (dir.: Milagros Gómez San Miguel), y Agrupación Musical Babcock, de Galindo, Vizcaya (dir.: Fernando Aguado).
- 2012, 13 de julio. XV Encuentro: Agrupación Coral Concejo de Llanes (dir.: Pedro de Celis), Coro Brumas Norteñas, de Comillas, Cantabria (dir.: Luis Expósito Rodríguez), y Coral Txuma Olague Abesbatza, de Sondika, Vizcaya (dir.: Paula Pérez Bueno).
- 2013, 12 de julio. XVI Encuentro: Agrupación Coral Concejo de Llanes (dir.: Pedro de Celis), Coro Tomás Luis de Victoria, de Santander (dir.: Elena Ramos Trula), y Coral Oihartzuna, de Muskiz, Vizcaya (dir.: José Luis Sáez García).
- 2014, 11 de julio. XVII Encuentro: Agrupación Coral Concejo de Llanes (dir.: Pedro de Celis), Coro Voces de Alfoz, de Novales, Cantabria (dir.: Mercedes Martín Sainz de Buruaga), y Coral Herriko Abestiak, de Portugalete, Vizcaya (dir.: José María Angulo Egaña).
- 2015, 17 de julio. XVIII Encuentro: Agrupación Coral Concejo de Llanes (dir.: Pedro de Celis), Agrupación Coral Amigos del Mar, de Santander (dir.: José Ramón Rioz), y Coral Oihartzuna, de Muskiz, Vizcaya (dir.: José Luis Sáez García).
- 2016, 15 de julio. XIX Encuentro: Agrupación Coral Concejo de Llanes (dir.: Pedro de Celis) y Agrupación Coral Arraizpe, de Bilbao (dir.: Itziar López Arberas).
- 2017, 14 de julio. XX Encuentro: Agrupación Coral Concejo de
Llanes (dir.: Pedro de Celis), Coro Los Templarios, de Castro Urdiales,
Cantabria (dir.: José Luis Sáez García), y Coro Zozoak Abesbatza, de Las
Arenas-Getxo, Vizcaya (dir.: Izaskun Kintana).
- 2018, 13 de julio. XXI Encuentro: Agrupación Coral Concejo de Llanes (dir.: Pedro de Celis), Coro Santa María de Cueto, de Santander (dir.: José Ramón Rioz Ruiz), y Orfeón de Usansolo, de Usansolo, Vizcaya (dir.: Francisco Javier González).
- 2019, 12 de julio. XXII Encuentro: Agrupación Coral Concejo de Llanes (dir.: Pedro de Celis), Coral Brisas de Amió, de Pechón, Val de San Vicente (dir.: Ana Belén Gómez Eguren), y Coral Trapagako Abesbatza, de Trápaga, Vizcaya (dir.: Xaber Gaztelu Izaguirre).
lunes, 24 de noviembre de 2025
RAMÓN MELIJOSA CUEVAS, "EL PARRÁU" (1928-2025), EN EL ALMA DE LLANES
Ramón, el peluquero, que falleció ayer domingo a los 97 años, había nacido
en una casa situada en el escenario primigenio del Llanes histórico y marinero.
Se entraba en el portal por la calle Mayor y, por la parte de atrás, disponía
de ventanas que daban a la dársena. Hijo de Manuel Melijosa Gómez y de Pilar
Cuevas Díaz, Ramón era nieto por vía paterna del pescador Nicolás Melijosa
Mendiola, que estaba casado con María Gómez, ambos de Santander.
Nicolás y María tuvieron cinco hijos: Magdalena, Josefa,
Joselito, Manuel y Rosa Melijosa Gómez, todos ellos nacidos igualmente en
capital de Cantabria. El padre se establecería en Llanes en 1897 con el
propósito de continuar aquí su oficio de pescador enrolado en alguna lancha.
Primeramente llegó él solo, y una vez instalado, lo harían su esposa María y los
cinco hijos, que enraizarían en Llanes. Josefa se casó con Cayetano Herrero (el
popular “Tin-Tán”) y tuvieron tres hijos: Estanislao, Tisto y Raquel; Joselito
contrajo matrimonio con Ángeles Carriles, “la Carrilana”; y Manuel lo haría con
Pilar Cuevas Díaz, “la Parrada”. El abuelo Nicolás enviudaría, y contraería en
la villa nuevas nupcias con Justa Portilla Portilla, “la Chuvasca”, de Cue.
Falleció en 1920.
Pilar Cuevas, “La Parrada”, era de Piñeres de Pría y, con
trece años de edad, había venido a la villa a servir. Tras casarse con Manuel
Melijosa Gómez, la pareja se estableció en un piso de la casa de la calle Mayor
de la que hablábamos al principio. El matrimonio tuvo siete hijos: Justina,
Manuel (Manolo, “el Parru”), Pilar, Ramón, Ángeles, Josefa y Mariluz, que
fallecería a los siete meses de nacer.
Pilar, valiente, sacrificada y heroica en su esencia y en su
existencia, era el paradigma de aquellas pescaderas que recorrían las calles
con un cesto de mimbre en la cabeza, posado sobre el rueño, y vendían el
pescado a voces. Eran todas ella mujeres fuertes y de acendrado remango, que siempre
llevaban algo de prisa a la hora de coger el tren con su mercancía de sardinas,
bocartes y fanecas, para venderla por pueblos y aldeas alejadas del ferrocarril.
Muchos kilómetros a cuestas, aunque estuvieran embarazadas. Podían encontrarse casi
a punto de dar a luz, pero no por ello dejaban
de recorrer remotas geografías hasta la hora de coger el tren de vuelta.
Ramón, conocido como “el Parráu”, empezó a trabajar de peluquero en junio de
1941, cuando todavía estaba estudiando en las Escuelas Cristianas de La
Arquera. Poco antes, había estado a punto de convertirse en tejero. En una
tejera en La Bañeza estaba de encargado un hermano de su madre, Eliseo Cuevas
Díaz, que ya tenía preparado todo para que el rapaz marchara con él a tierras
castellanas en las vacaciones escolares de verano. A última hora, sin embargo,
hubo un cambio de planes. La hermana mayor de Ramón, Justina, estaba casada con
José de la Fuente García, de La Portilla, quien tenía un hermano, Ramón de la
Fuente García, peluquero, que regentaba su peluquería en la calle del Castillo.
En seguida fue incorporado Ramón como aprendiz en la barbería, para que
empezara a ganarse el pan, y ahí empezó para él una carrera de peluquero que se
duraría cincuenta y dos años. Por eso, Ramón comentaba a menudo que “yo me
libré de ir a la tejera por los pelos”.
“Curiosu y moceru, pero formal”, como también solía decir él, Ramón no bebía, ni fumaba, no era mal hablado y le gustaba ir siempre limpio. A María Dolores Noriega Laso, Loli, la moza que se convertiría en su mujer, la conoció en 1946. Tenía ella catorce años, y él diecinueve. Loli vivía en el Cuetu, y su madre, Gloria Laso Gómez, de La Borbolla, hacía de apoderada de su cuñado José Díaz, un indiano adinerado establecido en Chihuahua (México), marido de Teodora Laso Gómez. En nombre de su hermano político, Gloria compró a los García Gavito (la familia de “los de la Tahona”) el edificio que había diseñado en los años 30 el arquitecto Joaquín Ortiz como clínica del doctor José María García Gavito, inaugurada en vísperas de la Guerra Civil.
Este espléndido inmueble de líneas racionalistas,
desgraciadamente demolido a finales de los 80 del siglo pasado, había sido instituto
de segunda enseñanza durante un breve tiempo, en plena posguerra, y José Díaz
lo convertiría en el glamuroso Hotel México. Pondría al frente de él a
Gertrudis Laso Gómez, hermana de la suegra de Ramón y esposa de José Noriega
Fernández, “Peroles”.
Ramón y Loli se casaron en la iglesia de Santa
María de Llanes y formarían una gran familia. Tuvieron seis hijos: José Ramón,
Antonio Manuel, María Dolores, Alicia, Roberto (que murió de crio) y Gema, así
como siete nietos y siete bisnietos.
Vocación de periodista
Desde muy joven, Ramón sintió la vocación de periodista y de investigador
y recopilador de datos sobre la pequeña historia local. Manolo “el Parru”, su hermano, que era muy
célebre, le llamaba “Matías Prats”. Como autodidacta escribió en su vieja
máquina Olimpia anécdotas, semblanzas de personajes y sabrosos episodios
vividos por él en el minúsculo y entrañable universo llanisco de antaño, que en
nada se parecía al Llanes actual. Colaboró con asiduidad en el semanario El Oriente de
Asturias, y su peluquería, al lado de la librería de Joaquina, era una
universidad popular y un foro en el que, entre aromas de Varon Dandy, fluía una
información sustancial sobre el pasado y el presente de Llanes. Fue también un
riguroso y entusiasta organizador de eventos deportivos (muchos de ellos
relacionados con el bolo palma y el ciclismo). Puso un listón muy alto (muy difícil de igualar hoy) cuando organizó con Caja de Ahorros de Asturias
y el Centro de Iniciativas y Turismo (a cuya directiva pertenecía) el I Cross
CIT “Oriente de Asturias”, en la Semana Santa de 1979. Una prueba de 8
kilómetros de recorrido, pionera y ejemplar en su diseño y ejecución, que tuvo notable
eco en los medios de comunicación asturianos y participación de los mejores
fondistas de la región.
El Padre Nuestro en xíriga
A Ramón le interesaba especialmente la xíriga (el lenguaje de los tejeros), a cuyo dedicó gran parte de su vida. En 1995 publicó por su cuenta, y con ayuda de algunos comerciantes y chigreros de Llanes, un Diccionario de Xíriga, que es hoy una útil y solicitada herramienta de apoyo para los estudiosos de la materia. También es autor de “Pequeñas historias de Llanes”, un libro entrañable de recopilación de artículos suyos publicados por El Oriente de Asturias, en el que vuelca con maestría y naturalidad abundantes evocaciones de su fecunda existencia. En su página final consta lo siguiente:
Se terminó de imprimir en los talleres de Grafinsa, en Oviedo, el 2 de febrero de 2015, Día de la Candelaria, en el que los tejeros llaniscos ajustaban el trabajo del año.
Cuando organicé en la Casa de Cultura durante diez años
(desde 2007 hasta 2016) el taller de Xíriga, dentro del programa de cursos
municipales, sería Ramón mi principal colaborador. Su diccionario resultaría
ser una herramienta fundamental en el aprendizaje de los alumnos, y Caja Rural
nos subvencionaría cuatro reediciones, corregidas y ampliadas con información
gráfica. Era digno de verse cómo recitábamos todos en las clases los textos y
la letra del himno de Asturias, el Padre Nuestro y la Salve, traducidos a
la xíriga por “el Parráu”.
Ramón ya no salía de casa, pero hasta hace unos pocos años le veíamos por la calle acompañado de su hija pequeña Gemina (una criatura inocente y angelical, que no puede valerse por sí misma), andando despacio los dos camino de las Malvinas, él siempre con la pena omnipresente por la muerte de sus hijos Mon y Toño y de Loli, su inseparable compañera de toda la vida, acaecida en un corto espacio de tiempo. Ramón, que sabía encajar los golpes con resignación cristiana y entereza de tamargo, estaba en todo momento pendiente de Gemina, quien por las noches no era capaz de dormirse si no llegaba él hasta su cama para cogerle sus manos y darle un beso en la frente.
jueves, 6 de noviembre de 2025
BANDA DE MÚSICA DE LLANES: UNA INICIATIVA DE MEDIADOS DEL SIGLO XIX
jueves, 23 de octubre de 2025
El lunes 6 de octubre de 2025, la antigua Escuela de Comercio de Gijón acogió
el acto de presentación del libro “Diásporas y fronteras, Llanes 2002-2025. De
los exilios de 1936-1939 a los refugiados climáticos”, en cuyas páginas
se recogen las ponencias expuestas a lo largo de veintitrés años en los cursos
estivales que organiza la Universidad de Maryland en la villa llanisca.
La iniciativa académica de la
universidad norteamericana se viene desarrollando desde el principio bajo la
dirección de José María Naharro-Calderón, catedrático de Literatura española,
Culturas ibéricas y Estudios del exilio en la Universidad de Maryland. Al
curso, todo un clásico ya en el verano llanisco, asisten alumnos procedentes de
distintas localidades de España y del extranjero.
En el acto celebrado en Gijón, conducido
por la periodista de RTPA Patricia Martínez, acompañaron al profesor
Naharro-Calderón en la mesa tres de los ponentes que habían participado en el
curso: el musicólogo Carlos José Martínez Fernández, Higinio del Río Pérez,
director de la Casa Municipal de Cultura durante más de treinta años, y el
historiador Ramón García Piñeiro.
jueves, 4 de septiembre de 2025
PARTARRÍU, AYER Y HOY
Siguen
acudiendo a la verja los turistas para contemplar el edificio, buscando las
inquietantes sensaciones suscitadas por la película “El Orfanato” (2007), de
Juan Antonio Bayona, pero ahora el personal se siente atraído también, con
desconsolada perplejidad, por las moles para viviendas residenciales que han
ido surgiendo a toda velocidad en su entorno ajardinado.
Ese porche con tejado de teja es un elemento
ajeno al proyecto arquitectónico original, y ha nacido ahora por generación
espontánea y contra natura. Trae consigo, además, el más que probable dislate de convertir en
puerta una de las ventanas de la fachada.
Los llaniscos sabemos de sobra que en la fachada principal, que da a la avenida de la Concepción, nunca hubo un porche.
Sí había uno, amplio y señorial, en la parte trasera y lateral, instalado en 1899. Lo dejó bien reflejado Cándido García (1869-1925) en dos conocidas fotografías. Estaba orientado cara al camino de La Portilla y la carretera de El Cristo, en las proximidades del bien construido muro de cierre y de una de las puertas enrejadas (desde luego, no la principal) repartidas a lo largo de la pared del perímetro.
La catedrática de Historia del Arte María Cruz Morales Saro
lo explica con claridad en un libro publicado en 1999: “La casa se abría al
jardín por medio de una gran terraza que ocupaba dos frentes del ángulo
Sur-Este de la planta baja, con antepecho de hierro y que luego se repitió en
la Quinta Guadalupe” (lo que es hoy el Archivo de Indianos de Colombres, obra
también de Lavín Casalís). “En la actualidad ha desaparecido fruto de una
reforma, pero era un elemento fundamental que permitía comprender el edificio
en su totalidad”, afirma la profesora.
Desde esa terraza o porche (que no estaba, repito, en el sitio en el que ha aparecido ahora el esperpéntico añadido) dio un célebre mitin el senador José de Parres Sobrino en 1909, en la
campaña electoral que daría el triunfo a la alianza liberal, encabezaba por él,
sobre las fuerzas conservadoras. Tengo en mi archivo una fotografía que recoge uno de los momentos de aquella intervención de Parres desde el porche original.
miércoles, 3 de septiembre de 2025
DOS HORAS DE UN LLANISCO ANTE PETER O'TOOLE EN EL "APOLLO" LONDINENSE
OPINIÓN
domingo, 22 de junio de 2025
EL ESCUDO DE ARMAS DE LLANES Y LOS ZARPAZOS DE LA HISTORIA
UN LEÓN DEBAJO DE LA ESCALERA
Extravío y pervivencia del escudo de armas más antiguo de la villa de Llanes
Lucía junto a la Puerta de Villa, que daba acceso
a la Calle Mayor, y en ese punto neurálgico, al abrigo del arco de entrada, se construirían
en 1571, reinando Felipe II, dos soportales o pórticos con techumbre y columnas,
uno a cada lado, por la parte exterior de la muralla. El de la izquierda, según
se mira hacia la plaza de Santa Ana, estaba amueblado con un par de mesas grandes
de piedra, en torno a las cuales celebraban sus reuniones las autoridades
locales (regidores, jueces y alcaldes) y se fijaban los anuncios y avisos
oficiales para conocimiento de los vecinos, con el león siempre vigilante desde
el lienzo de la pared de fondo. El soportal de la derecha era otra cosa. Llamado
“del Peso” porque en él se pesaban las mercancías que entraban en Llanes, daba
vida a un animado guirigay de sacamuelas, rapabarbas, zapateros y apañados arregladores
de paraguas.
Los soportales fueron puestos a la venta por
el Ayuntamiento en los últimos años de la década de 1880 y, como resultado de
ello, Vicente Pedregal Romano (padre del escritor e historiador Vicente
Pedregal Galguera) adquiriría el de la izquierda, y Manuel Toledo Benito, madrileño,
masón, funcionario de Telégrafos en la villa y propietario y director entonces del
semanario El Oriente de Asturias, se haría con el de enfrente. A ambos les faltó
tiempo para derribar aquellas reliquias del pasado y construir en su lugar sendos
edificios de excelente arquitectura, uno de los cuales, el de Manuel Toledo, conocido
como “la Casa de las Siete Puertas” (número 2 de la Calle Mayor), mantiene tallado
en la puerta el año de su inauguración, 1890.
El medio león se perdería de vista por
aquellos años. Fue una desaparición incomprensible y chusca, reflejo del proverbial
desinterés que siempre han mostrado los llaniscos por su patrimonio histórico y
monumental. El paradero de la pieza, sin embargo, nunca fue del todo un enigma,
según pondrían de relieve los cronistas Vicente Pedregal Galguera y Fernando
Carrera Díaz-Ibargüen en algunas de sus publicaciones. Pedregal, en los años
cincuenta del siglo pasado, reveló que el blasón se encontraba en las entrañas
de la casa levantada por su padre, en el número 1 de la Calle El Castillo.
Tras permanecer escondida allí más de cien
años, la piedra armera se encontraría en 1992, de pura casualidad y con motivo
de las obras de rehabilitación del edificio: en una jornada de huelga general,
marcada por el cierre de los bares y el miedo a los piquetes, los obreros llevaron
al tajo su comida cocinada; removieron y acomodaron piedras y ladrillos para
hacer un fuego y calentar las tarteras, y de pronto, en el limbo de un rincón
del portal, apareció la efigie del medio león.
La noticia no trascendió a la prensa. Los propietarios del inmueble (Julio Álvarez Palacio, Manuel Miguel Amieva, Demetrio Sanz Ruiz y Rafael Sobrino Fernández) dieron cuenta del hallazgo a las autoridades regionales, y la historia tuvo así un final feliz. Desde 2003 el escudo de armas preside majestuosamente la escalera de la Casa Consistorial.
(Artículo publicado en el diario LA NUEVA ESPAÑA el viernes 20 de junio de 2025).
sábado, 24 de mayo de 2025
LOS ESCULTORES ANTONIO SOBRINO Y MERCEDES CANO DONAN UNA OBRA AL CENTRO DE EDUCACIÓN DE PERSONAS ADULTAS DE LLANES
DOS ARTISTAS EN LA ARQUERA
Charla de presentación de la pieza escultórica "Polifemo"
Por HIGINIO DEL RÍO PÉREZ
Decíamos
en un artículo publicado en LA NUEVA ESPAÑA en enero de 2024 que la senda
artística emprendida por Antonio Sobrino
Sampedro en los años noventa tuvo su punto de partida en mimbres familiares,
que determinaron su vocación, y en el diálogo entre el fuego y el hierro, que habría
de acompañar siempre sus pasos. Nacido en 1970, descendiente de un emigrante
corito en Cuba y en México (Cayetano Sobrino Mijares, 1853-1915), su bisabuelo, coetáneo
de Manuel Cue), Antonio
es de los hombres que saben aprovechar cabalmente los recursos y oportunidades que
la vida va poniendo en su camino.
De su tío abuelo Emilio Sobrino Mier, escultor y pintor, aprendió lo básico de la talla, del dibujo y de la pintura; de la mano de otro pariente cercano, Antonio Sampedro Marcos, hermano de su madre María Pilar, empezaría a ejercer el oficio de la forja en la vieja herrería de Bricia en la que su abuelo materno, Antonio Sampedro Collado, había dedicado muchas horas de su vida a hacer carros de labranza y enrejados.
Emilio Sobrino Mier (1903-1992), formado en la
Escuela de Bellas Artes de San Fernando de Madrid, en cuyas aulas coincidió e
hizo amistad con Juan de Ávalos, era
el autor de la magnífica estatua de Posada
Herrera que desde 1963 preside el parque de la villa. Esa pieza, cincelada y
rematada en el taller madrileño de Ávalos,
vino a sustituir a la figura original, obra de José Gragera, inaugurada en 1893 y desaparecida en la Guerra Civil.
Emilio Sobrino tenía su estudio en La
Moría, en la planta baja de una casa marinera de galerías abiertas al Sablín y una
atmósfera de Montmartre en su interior. Era un artista sin pretensiones, pese a
su enorme valía, pero conformábase con disfrutar de su tarea creativa sin el
menor asomo de prisa o de agobio. Cuando ponía en el tendal una llamativa servilleta
(siempre la misma servilleta de vistosos colores) era como si activara un
código de aviso a navegantes: era la señal de que estaba ocupado en lo suyo y que
no se le debía molestar hasta que la personalísima bandera se arriase. Aquel
hábitat sagrado del escultor sería frecuentado por Antonio Sobrino Sampedro, nieto del hermano mayor de Emilio. Allí, de rapaz, se iniciaría Antonio en el arte de modelar.
MÁS DE 30 AÑOS DE TRABAJO
Antonio trabajaría, desde muy joven, en varios talleres de
forja, primero en condición de aprendiz y luego como oficial, hasta que,
finalmente, decidió alquilar una nave en Celorio y empezó a ejercer el oficio
por su cuenta. Hoy acumula ya,
apasionada y pacientemente, más de tres décadas de trabajo, compartidas desde 1992
en una unión profesional y personal a todos los efectos, con Mercedes Cano Redondo (Madrid, 1971), a
la que conoció en 1991 en Llanes, donde ella estaba desempeñando un trabajo de
temporada de verano. Hasta ese momento, en el currículo laboral de Mercedes en Madrid constaba una corta
pero enriquecedora experiencia como ilustradora en el equipo de la productora
de dibujos animados Cruz Delgado,
además de su participación en la elaboración de decorados y escenografías de
teatro. En Llanes, Antonio iría introduciendo
a su compañera en los secretos de la forja, y luego, Mercedes estudiaría la carrera de Historia del Arte en el Campus del
Milán de la Universidad de Oviedo. Los mismos estudios, por cierto, que va a
iniciar en breve Antonio, una vez
superado en el Centro de Adultos de La Arquera el curso de acceso a la
Universidad.
En 1994
ambos darían forma a su propuesta artística “Hierro vivo”, de la que derivó,
aquel mismo año, una primera y prometedora exposición, organizada en la Casa
Municipal de Cultura de Llanes. A los registros e inagotables posibilidades de
ese proyecto siguen entregados Antonio y
Mercedes. Golpe a golpe. Perseverantes,
perfeccionistas. Inmersos en la búsqueda de lenguajes y metáforas. Sopesando
profundamente cada fase del proceso creativo.
ENCUENTROS CON CHIRINO
En
1999 participaron en el taller de escultura que impartió Martín Chirino en la Fundación Botín de Santander, y esto supondría
para ellos el encuentro con un maestro fundamental. Con él harían otros dos talleres: en la Fundación Unión Fenosa de La
Coruña (2002) y en los encuentros Al Norte, promovidos cuatro años después en
las instalaciones de Arcelor Mittal en Gijón. Los cursos ofrecían una
importante parte conceptual. En las conversaciones con Chirino se compartían experiencias y se rastreaban los fundamentos
de la obra escultórica contemporánea, descubriendo espacios ocupados con líneas
o espirales, a modo de dibujos en el aire, que capturan y dan sentido al vacío
entre ellas; y se reflexionaba sobre el origen de la escultura de hierro y el papel
jugado en este sentido por Julio
González, verdadero iniciador en España.
A día
de hoy, la pareja de creadores contabiliza en común un amplio catálogo de sugestivas
obras, que se hallan repartidas por variadas geografías. Mencionaré algunas de
ellas: “El Estudiante” (1995), en el Campus de Humanidades de la Universidad de
Oviedo; “Trilobite” (2001), en los jardines del Centro de Escultura Museo Antón
de Candás; “Con tempo” (2002), una intervención en el casco histórico de Llanes
por medio de la colocación sobre el empedrado de noventa y tres placas metálicas,
de base de acero cartén y letras en acero inoxidable marino; contienen estas
placas fragmentos extraídos de tres poemas de Celso Amieva (“Diana sin hiel a la Puebla de Aguilar”, “Soneto a la
sidra” y “Las costas de Tor”) y trazan un recorrido a pie de calle que excita
la curiosidad de los turistas.
Otras
obras de Antonio y Mercedes en la villa llanisca son la
titulada “Horizonte” (2001), plasmada en una pared de la sala de conciertos de
la Escuela Municipal de Música; “Lluvia” (2003), sutil instalación que cuelga del
techo del patio interior del Ayuntamiento, colocada allí tras la reforma a que
fue sometido el edificio consistorial bajo el mandato del alcalde Antonio Trevín, y “Domus” (2006), una pieza
hecha por triplicado y ubicada al aire libre junto al espacio que ocupó la
Plaza de Toros, cuyas réplicas se muestran en dos localidades canarias hermanadas
con Llanes: Adeje (Tenerife) y Tías (Lanzarote).
De
ninguna manera se nos ha de olvidar mencionar en este recuento su primera,
hasta ahora, incursión internacional, surgida en 1999 dentro de la iniciativa
“Pueblo Cultural de Europa”. En aquella oportunidad participaron en el Simposio
de Escultura “Een Zee Van Staal/ Beelden Kust”, en la localidad holandesa de
Wijk aan Zee, con una escultura móvil eólica que titularon “Esperanza”. La
realizaron in situ, durante un
período de dos meses, en una de las naves de los altos hornos del lugar, donde
fueron puestos a su disposición todos los medios necesarios. A la inauguración
de “Esperanza”, que está colocada frente a la mar y azotada por los vientos, acudió
la entonces Reina Beatriz de Holanda.
La
vida laboral de Antonio Sobrino y Mercedes Cano tiene su escenario en la
casa-taller en la que residen, en la localidad de Barro. Doman allí la materia
incandescente, despliegan repertorios y aventuran formas que asemejan estructuras
y movimientos de la naturaleza. Sus obras de gran formato están concebidas para
interactuar con el entorno (lo que resultó evidente, por cierto, en la
exposición “Cardumen”, presentada en 2023 en el Centro de Arte Contemporáneo de
Villapresente, en Reocín, Cantabria; pero al propio tiempo objetivan trabajos a
escala más pequeña, en los que entran en juego la madera y la cerámica combinadas
con el hierro y el acero.
El
crítico de arte Ángel Antonio Rodríguez
viene siguiendo atentamente desde hace años el quehacer de la pareja y ha
captado la impronta y los rasgos esenciales que identifican a Antonio y Mercedes, entre ellos el talento para transmutar y hacer maleables
los metales, la visión de las posibilidades de la materia en relación o en
contraste con referencias a veces insospechadas, la mirada poética con la que
se acercan a lo matérico, la relación de equilibrio que establecen con el
espacio circundante, y la intención de ser siempre introspectivos y de sugerir
introspección a todo el que contempla sus obras.
ARTISTAS Y ARTESANOS
Son escultores
y herreros. Artistas y artesanos que aúnan vanguardia y tradición.
Como
era previsible, su trayectoria está despertando cada vez más atención dentro y
fuera del Principado. Así, en 2020 les fue encargado un trabajo en el antiguo
cementerio de Comillas, en cuyo núcleo se conservan las ruinas de un templo
gótico. Tal espacio había sido reformado en 1893 por el arquitecto catalán Doménech i Montaner, que agrandó el
camposanto, lo rodeó de una cerca de mampostería, escalonada para adaptarse al
terreno y rematada por pináculos, y diseñó para el arco de entrada una
monumental verja modernista, en la que quedaba resaltada la simbología
cristiana. Esa fue la pieza que Antonio
Sobrino y Mercedes Cano
restauraron de forma magistral. Una tarea en la que invirtieron dos años, a lo
largo de los cuales compusieron y ensamblaron un puzzle de 1.300 elementos
nuevos de hierro forjado, idénticos a los originales. Pura orfebrería.
Asumirían
no mucho tiempo después una intervención similar en esta casa: la restauración,
en concreto, de la rejería, que se conserva casi en su integridad. De factura
modernista, lleva instalada desde 1900, año de la inauguración de las Escuelas
Cristianas de La Arquera, fundadas por el benefactor Manuel Cue Fernández. Estamos en un edificio emblemático,
proyectado por el arquitecto cántabro Valentín
Ramón Lavín Casalis, autor también del proyecto de otras dos notables
mansiones del entorno: la Quinta Guadalupe en Colombres, sede actual del
Archivo de Indianos, y Villa Partarrío en Llanes. En 2023 un automóvil impactó
contra la verja principal de La Arquera, causando en ella considerables
desperfectos, y Antonio y Mercedes serían los encargados de
recomponerla desde el año pasado. Ya han completado dos de las tres fases que
hay previstas. Del montón de restos sobrantes de la restauración saldría el
cíclope “Polifemo”. Se trata de una pieza escultórica concebida y pergeñada
sobre la marcha, de improviso, producto de una súbita inspiración como “arte
encontrado”, en sintonía con el concepto de “objet trouvé” de Marcel Duchamp. A partir de hoy, la
representación simbólica del personaje mitológico “Polifemo” encuentra aquí, por
expreso deseo de sus recreadores, un digno acomodo entre los afanes de superación
personal que alientan los alumnos del Centro de Educación de Personas Adultas
Oriente-Costa de Llanes.
La Arquera, Llanes, 22 de mayo 2025.
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