jueves, 4 de septiembre de 2025

PARTARRÍU, AYER Y HOY

 



Un porche donde no lo había



HIGINIO DEL RÍO PÉREZ

Villa Parres, el palacio en el que residió el diputado, senador y fiscal del Tribunal Supremo José de Parres Sobrino, proyectado a finales del siglo XIX por el arquitecto cántabro Valentín Lavín Casalís, es el corazón maltrecho de la radical transformación que está sufriendo uno de los espacios urbanos de Llanes más singulares.

Siguen acudiendo a la verja los turistas para contemplar el edificio, buscando las inquietantes sensaciones suscitadas por la película “El Orfanato” (2007), de Juan Antonio Bayona, pero ahora el personal se siente atraído también, con desconsolada perplejidad, por las moles para viviendas residenciales que han ido surgiendo a toda velocidad en su entorno ajardinado. 


En la fachada principal, mientras tanto, se observa un añadido, a modo de porche o terraza, que produciría escalofríos en Lavín Casalis y en Parres Sobrino juntos.  

Ese porche con tejado de teja es un elemento ajeno al proyecto arquitectónico original, y ha nacido ahora por generación espontánea y contra natura. Trae consigo, además, el más que probable dislate de convertir en puerta una de las ventanas de la fachada.

Los llaniscos sabemos de sobra que en la fachada principal, que da a la avenida de la Concepción, nunca hubo un porche.   

Sí había uno, amplio y señorial, en la parte trasera y lateral, instalado en 1899. Lo dejó bien reflejado Cándido García (1869-1925) en dos conocidas fotografías. Estaba orientado cara al camino de La Portilla y la carretera de El Cristo, en las proximidades del bien construido muro de cierre y de una de las puertas enrejadas (desde luego, no la principal) repartidas a lo largo de la pared del perímetro.

La catedrática de Historia del Arte María Cruz Morales Saro lo explica con claridad en un libro publicado en 1999: “La casa se abría al jardín por medio de una gran terraza que ocupaba dos frentes del ángulo Sur-Este de la planta baja, con antepecho de hierro y que luego se repitió en la Quinta Guadalupe” (lo que es hoy el Archivo de Indianos de Colombres, obra también de Lavín Casalís). “En la actualidad ha desaparecido fruto de una reforma, pero era un elemento fundamental que permitía comprender el edificio en su totalidad”, afirma la profesora.

Desde esa terraza o porche (que no estaba, repito, en el sitio en el que ha aparecido ahora el esperpéntico añadido) dio un célebre mitin el senador José de Parres Sobrino en 1909, en la campaña electoral que daría el triunfo a la alianza liberal, encabezaba por él, sobre las fuerzas conservadoras. Tengo en mi archivo una fotografía que recoge uno de los momentos de aquella intervención de Parres desde el porche original.




En esta imagen se puede distinguir parcialmente, desde el centro y hacia la izquierda de la parte inferior del edificio, el porche original. Estaba situado en el ángulo Sur-Este, orientado cara al camino de La Portilla y la carretera de El Cristo. (Foto: Cándido García).

Otra foto de Villa Parres, tomada desde más cerca. El porche, que se ve bajo un antepecho, era muy parecido al que aún se puede admirar en la Quinta Guadalupe de Colombres, y desapareció con motivo de una reforma. (Foto: Cándido García). 


José de Parres Sobrino (1865-1917).









miércoles, 3 de septiembre de 2025

DOS HORAS DE UN LLANISCO ANTE PETER O'TOOLE EN EL "APOLLO" LONDINENSE

 




OPINIÓN                                                               


Empaparse de buen teatro sin saber inglés



HIGINIO DEL RÍO PÉREZ

En 1951, Fernando Vela (un intelectual muy vinculado a Llanes) vio actuar en Stratford-upon-Avon, localidad natal de Shakespeare, al reputado actor shakespeariano Michael Redgrave, padre de Vanessa Redgrave. Los diálogos de la obra representada eran en lengua inglesa de los siglos XVI y XVII, por lo que, según cuenta el colaborador de Ortega en su ensayo “Visita a Inglaterra”, fue muy poco lo que pudo entender. Aún así, salió de la sala empapado de teatro del bueno. 

Algo parecido me ocurrió a mí en 1992, cuando asistí a una actuación de Peter O’Toole en el viejo Apollo de Londres (coliseo que lleva abierto desde 1901 en el West End). El astro británico encabezaba el cartel del drama “Our song”, de Keith Waterhouse, dirigido por Ned Sherrin, y completaban el reparto Tara Fitzgerald, Lucy Fleming, Donald Pickering, Jack Watling, Cara Konig y William Sleigh. Le tuve dos horas frente a mí, a escasos metros de mi butaca, y en todo ese tiempo sólo se ausentó del escenario un cuarto de hora. Encarnaba a un maduro ejecutivo que ve complicarse su vida en extremo tras enamorarse obsesivamente de una veinteañera (Tara Fitzgerald). Apenas entendí tres o cuatro frases, pero eso era lo de menos. Lo importante era estar viendo actuar a Peter O’Toole. 


(Artículo publicado en el diario LA NUEVA ESPAÑA el martes 29 de diciembre de 2020). 




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