miércoles, 25 de septiembre de 2013

LUIS GARCÍA SAN MIGUEL, LLANISCO DE ADOPCIÓN, CATEDRÁTICO EMÉRITO Y POETA TARDÍO




Desde 1991 y hasta 2006, Luis García San Miguel (1929-2006) desarrolló en Llanes una de las iniciativas culturales más singulares de las que se celebraban en Asturias cada verano: los cursos de la Universidad de Alcalá de Henares. Aquellos encuentros académicos permitieron abordar cuestiones de actualidad y temas trascendentes de la España de hoy. Catedráticos en distintas disciplinas, políticos relevantes (varios de los redactores de la Constitución Española, entre ellos), jueces, pensadores, diputados y senadores, ministros y ex ministros, escritores y periodistas se dieron cita en el salón de actos de la Casa Municipal de Cultura de Llanes para dar vida a ponencias y debates de altísimo nivel.
Catedrático de Filosofía del Derecho, profesor emérito de la Universidad de Alcalá de Henares, Hijo Adoptivo de Llanes y poeta tardío, Luis García San Miguel, Luisón, ha dejado un hueco imposible de llenar. Enriqueció la vida cultural llanisca y la puso en comunicación con los centros universitarios. 
Fue un gran honor tratarle y tenerle como amigo. 

H. del Río


Artículo de Higinio del Río:
"POETA TARDÍO"
(La Nueva España, 6 de enero de 2007)


Artículo de Ignacio Sotelo:
"LUIS GARCÍA SAN MIGUEL, CATEDRÁTICO"
(EL PAÍS, 21 de diciembre de 2006)



ARTÍCULOS DE LUIS GARCÍA SAN MIGUEL EN EL DIARIO EL PAÍS
(1976-1980)

sábado, 7 de septiembre de 2013

MIGUEL ÁNGEL REVILLA, DE PREGÓN EN PREGÓN


Fotografía sacada del facebook de M. A. Revilla.





Ha nacido una estrella


Higinio del Río 

Revilla es un icono genuino de la política a pie de obra y del discurso de caleya. Aunque sus enemigos (en la política española actual no cabe hablar de adversarios, sino de enemigos) le tachen de demagogo y de aldeano, resulta ser la antítesis del estirado Giscard d’Estaing y, con una buena promoción internacional, podría llegar incluso a encarnar en Bruselas la esperanza de redención de los millones de agricultores y ganaderos de la Europa de los Veinticinco, porque es un paisano con mucho tirón.
En su contra juega su condición de político “bisagra”, que siempre trae cola. Los partidos denominados “bisagra” no gozan de buena fama: se desconfía de su brújula oscilante y de su poco peso (determinante, algunas veces, en el juego de las coaliciones improvisadas para esguilar al poder). Se recela de las tácticas de supervivencia que emplean y de cierta tendencia que muestran a arrimarse al sol que más calienta.
La “bisagra” de más glamour en el mapa político europeo de las últimas décadas fue el Partido Liberal Alemán (FDP), liderado por Walter Scheel, que supo mantenerse en el machito con la soltura de un bailarín de vals.
El caso de Miguel Ángel Revilla, jefe del Partido Regionalista de Cantabria, es un pelín más rústico, si bien comparte el instinto de que hicieron gala los liberales germanos para colarse en los gobiernos, independientemente del color de éstos.
De todas formas, si su carrera política se fuese al garete, este hombre parece estar preparado de sobra para mostrar sus habilidades y ganarse el pan en otros ámbitos de la vida social y profesional. El otro día, sin ir más lejos, en un programa deportivo de un canal privado de TV en Cantabria (“Canal 8”), exhibió un desparpajo propio de los acreditados reporteros del género rosa cuando se le pidió que contase cómo le había ido en la boda de don Felipe y doña Letizia. Revilla, todo discreción, buenas maneras y exquisito gusto en la descripción de la ceremonia nupcial, aportó un relato preciso y mesurado: habló de la larga espera a la que se sometió a los invitados en la catedral de La Almudena y en la carpa del Palacio Real hasta que llegaron los contrayentes; de las ganas de mear que tuvieron que aguantar; del masivo sprint desencadenado al desembarcar de los autocares, para llegar a tiempo a los escasos retretes habilitados para tanto personal como allí había; de la pachorra del rey Harald de Noruega al evacuar, mientras hacían cola Aznar, Felipe González y otros caballeros de alto copete; de las carencias del menú, fino pero poco contundente, y del bocata reparador que tuvo que comprarse después el presidente cántabro en una tasca del viejo Madrid...
A poco que anden listos los cazatalentos de “Crónicas marcianas”, una nueva estrella mediática podría brillar pronto en el firmamento de la España panderetera y almodovariana.  

(Resumen de un artículo publicado en el diario LA NUEVA ESPAÑA, el 29 de junio de 2004)


Miguel Ángel Revilla, revelando inauditos detalles de la boda de Felipe de Borbón. 
(Cadena privada de televisión cántabra C8 DM).