El trágico destino de dos aviadores llaniscos
HIGINIO DEL RÍO PÉREZ
Los hermanos José y Daniel Llaca Álvarez, oriundos de la localidad llanisca de Posada, estaban abocados a un destino trágico y a un desenlace en cierto modo simétrico en el tiempo y en el espacio. Aquel 23 de junio de 1952, Daniel (capitán del Ejército del Aire y ex jefe de la Escuela de Vuelo Sin Motor de Llanes) participaba en el IV Campeonato del Mundo de Planeadores, que tenía lugar en la base de Cuatro Vientos (Madrid). No muy lejos de allí, en esos mismos instantes, José se disponía a darse un chapuzón en la piscina. Daniel estaba a los mandos de una avioneta HM-9 y acababa de soltar las amarras del planeador de un aviador francés, al que remolcaba. José ya estaba sobre el trampolín, a punto de saltar al agua. De pronto, un ruido quebrado de motores descompuestos cubrió la escena. José, instintivamente, se puso en alerta y alzó la vista; divisó un aparato en trayectoria descendente que acabaría estrellándose a unos dos kilómetros de distancia. “¡Ése es mi hermano!”, gritó. Tal como estaba, descalzo y en bañador, salió corriendo campo a través, en la carrera más veloz de su vida; al llegar al punto del siniestro, casi sin aliento, encontró el cuerpo sin vida de su hermano en medio de los restos del fuselaje del avión.
Excelente deportista desde sus años
mozos, José se había sumado al Alzamiento Nacional en 1936, cuando estudiaba en
Pamplona la carrera de Medicina, tras haber acabado la de Comercio. Después de
la Guerra Civil, formaría parte de la Escuadrilla Azul, integrada en la
Luftwaffe, e intervendría con el grado de capitán en la campaña de Rusia
(operaba desde Jarzewo hasta Kursk), en 1942 y 1943, pilotando un Focke-Wulf Fw
190, primero, y un Messerschmitt 109 E, después. Fue condecorado con la Cruz de
Hierro por derribar cuatro aviones enemigos. A su regreso a España, y destinado
a la Dirección General de Aviación Civil, sería el artífice de que Llanes
contara con una Escuela de Vuelo Sin Motor.
El accidente mortal de Daniel Llaca
se reviviría apenas tres meses después de lo ocurrido en Cuatro Vientos, y esa
vez sería su hermano el protagonista de la noticia. En septiembre de 1952, José
volaba a Llanes a bordo de un bimotor inglés “Aerovan”, acompañado por su
esposa, Mercedes Suárez, y un fotógrafo. Tras hacer aquí una breve escala, tomó
rumbo a Santander con la misión de hacer fotos verticales de la zona de Parayas,
en la que se tenía previsto construir un aeropuerto. En las proximidades de
Comillas, uno de los motores del aparato empezó a fallar y se paró. Situación
de extrema emergencia. Volar con un solo motor no era posible. En un primer
momento, Llaca pretendió aterrizar en la playa de Oyambre, donde se había
posado en 1929 “El pájaro amarillo”, pero desistió de ello al observar la
presencia de bastantes personas en el arenal. Buscó un paraje alternativo, pero
no le dio tiempo. A la altura de Novales, el avión cayó en picado y sus
ocupantes perecieron en el acto.
Estos renglones de la crónica negra de Llanes darían paso, sesenta y cinco años después, a un epílogo de inesperadas emociones. En el verano de 2017, María Luisa Sánchez-Rubio visitó la muestra organizada por la Casa de Cultura sobre la historia del campo de aviación llanisco y descubrió una imagen que le llegó al alma. “¡Ésa es mi tía Mercedes!”, exclamó ante el panel dedicado a José Llaca. “¡Y ese broche que lleva en la foto lo heredé yo y lo tengo en mi casa!”. A raíz de aquel encuentro fortuito, la exposición se enriqueció con varias prendas alemanas que utilizó Llaca en Rusia durante la Segunda Guerra Mundial: el casco de vuelo, las gafas de pilotar (graduadas para la miopía) y un pantalón confeccionado por la empresa “Knebl & Ditrich” en Indija (localidad serbia que estaba entonces bajo dominio de Croacia, aliada de Hitler), cedido todo ello por María Luisa Sánchez-Rubio.
(Artículo publicado en el diario LA NUEVA ESPAÑA el sábado 15 de diciembre de 2018).
Cartilla militar de Daniel Llaca. |
José Llaca y su esposa, Mercedes Suárez. |
Gracias por el artículo, ha sido muy emotivo leer sobre ambos hermanos y sus terribles accidentes, José fué un magnífico piloto de caza y muy polifacético. El capitán pilotó en Rusia el FW-190 A-3 y el Bf-109 G-6. Atte.
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