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La
Universidad de Maryland organizó en Llanes un curso sobre los 70 años del fin
de la Segunda
Guerra Mundial
Las guerras del
pasado se desdibujan ante el fragor de las guerras presentes. Nunca hay treguas
para contemplar la Historia como una lección bien aprendida, de modo que en
medio de los conflictos actuales, que están desencadenando éxodos y
desplazamientos de población como nunca se habían visto antes, lo natural es que
pase desapercibido el 70 aniversario del fin de la Segunda Guerra
Mundial. Sólo se ha acordado de ello José María Naharro,
organizador del curso de verano de la Universidad de Maryland en la Casa de Cultura
de Llanes. Esta vez, el programa de ese encuentro se dedicó a la conflagración
de 1939-1945, y a mi me tocó presentar una ponencia sobre la relación que tuvo
Llanes con todo aquello (aunque pueda parecer descabellado, la búsqueda de
conexiones entre puntos y planos aparentemente tan distantes resulta posible). La
titulé “Llanes: estelas y reflejos de una guerra lejana” y la hilvané sobre siete
secuencias:
LEGIÓN CÓNDOR.
Esta unidad militar germana estuvo en 1937, representada por un centenar de
soldados, que, dos años después, tomarían parte en la campaña de Polonia. Sabemos
el nombre de alguno de ellos, las casas de indianos en las que se alojaron y la
marca del champagne que descorchaban cada atardecer en las confiterías “Auseva”
y “Parás”.
XÍRIGA. En
1940, cuando estaba internado en el campo de Argelès-sur-Mer, Celso Amieva
recibió una carta que había conseguido salvar la censura de los confidentes de la Gestapo. Estaba
escrita en el lenguaje de los tejeros y en ella se informaba del repliegue
británico de Dunkerque, del que había sido testigo el remitente.
UN AVIÓN DE LA LUFTWAFFE. Un Junker
290 se estrelló en Ríusecu en mayo de 1944. Pilotada por el teniente Heinz
Ernst y con diez hombres más a bordo, la aeronave venía de cumplir una misión
de vigilancia en el Atlántico. Averiada, intentó encontrar el aeródromo de Cue,
que tenían señalado en el mapa, pero no dio tiempo. No hubo supervivientes. Los
cadáveres de los tripulantes estuvieron enterrados en el cementerio de Posada
hasta 1980.
VISITANTES POCO
CORRIENTES. Derrotado Hitler, aparecieron dos misteriosos personajes. A uno le
llamaban “Federico”, y al otro “el tío Pepe”. El primero, acompañado por una
dama alta y rubia, alquiló una habitación encima del bar Palacios. El tío Pepe,
que venía también con una mujer, se instaló en la casa de las Nievitas, en el
Barriu. Eran alemanes, y desaparecieron tras recibir de la Guardia Civil el
aviso de que estaban siendo buscados por la Interpol. Cuatro
años después llegó un tercer personaje. Lo trajeron unos veraneantes de Madrid
y se le vio bailar un pasodoble en la Verbena de la Portilla. Era Otto
Skorzeny, el teniente coronel de las SS que había liberado a Mussolini en el
Gran Sasso.
IDENTIDAD
ROBADA. Wenceslao Junco Marín (Vencines) me dijo una vez: “Con la identidad de
tu tío Juan (Juan Pérez Bernot) entró un nazi en América en 1945 o 1946” . Juan, voluntario en el
batallón republicano del Coritu, cayó en combate en Tarna, y fue enterrado en
una fosa común. Nunca llegó a su familia la cédula de identidad. Vencines, como
hijo de uno de los hombres fuertes de Llanes tras la entrada de los nacionales,
debía saber de lo que hablaba.
UN AMERICANO DE
OHIO. Riggs Mellen, nacido en Cleveland en 1918, llegó en los años 50. Vivió con
su esposa primero en la Moría, y luego en uno de los chalets de Puertu Chicu.
Cuando enviudó, se casó con una austriaca llamada Inmaculatta. Sus últimos años
los pasaron ambos en la Residencia Faustino Sobrino , donde fallecieron. A
Mellen, obsesivamente, le atormentaba el recuerdo del bombardeo de Dresde por
parte de los aliados, en uno de cuyos aviones iba él, como cabo de las Fuerzas
Aéreas de los Estados Unidos.
JUDÍOS
ERRANTES. Fotógrafos los dos, Nicolás Muller y Jean-Jacques Lévy compartían la
memoria viva del Holocausto. Una gran parte de su familia respectiva había sido
asesinada en Auschwitz. Ambos encontraron la paz aquí: uno en Andrín; el otro
en Celorio.
(Publicado en el diario "LA NUEVA ESPAÑA", 8 de septiembre de 2015)
(Publicado en el diario "LA NUEVA ESPAÑA", 8 de septiembre de 2015)
Galland estuvo en el aeródromo de Cue. |
Otto Skorzeny. |
Nicolás Muller. |
Jean-Jacques Lévy. |
¿Quién era Federico? |