OPINIÓN
La esencia del rugby en un patio de arena
Un llanisco entre las figuras del mítico Colegio El Salvador de Valladolid
HIGINIO DEL RÍO PÉREZ
En 1960, el sacerdote francés Georges Bernés (Montesquiou, 1921-Toulouse, 2017) creó en el Colegio el Salvador de Valladolid un club de rugby que se convertiría en mítico. De fuerte carácter, el cura era un personaje de película de posguerra. Su esqueleto estaba sujeto a una verticalidad sin concesiones, y su mirada, estrábica y omnipresente, causaba incómodo desconcierto en sus interlocutores. Había llegado a España en 1959 para estudiar las peregrinaciones del Camino de Santiago, y frutode ello publicó en 1961 el libro “Carnet de route d’ un pionnier. Mon pèlerinage à Compostelle”.
En Valladolid, la familia Enciso Recio, dueña del Colegio El
Salvador, en la plaza de San Pablo, le ofreció la posibilidad de dar clases.
Primero impartiría Gimnasia, pero luego sería también el profesor de Francés.
Los equipos de rugby que formó, infantiles y juveniles, entrenaban en el patio de
arena del colegio. El uniforme era de rayas horizontales blancas y negras. El
proyecto fue creciendo a pasos agigantados.
Bernés compartía el desarraigo (y probablemente también una cierta
nebulosa de misterio) que se percibe en los personajes de “Casablanca”. Se
había ordenado sacerdote en junio de 1944, en plena ocupación alemana, cuando
estaba recluido en un campo de detención, y contaba que los seminaristas
introducían las sagradas formas para la Misa ocultas en la suela de las
sandalias. Según se decía, había marchado de Francia por discrepancias con el
régimen de De Gaulle, al que no perdonaría que hubiese dado la independencia a
Argelia.
En un tablón de anuncios, sobre la plataforma de la escalera
principal, ponía recortes de “L’ Équipe”, crónicas que intentábamos traducir, con
abundantes referencias gráficas a los ases del momento, como Villepreux. Cuando
fue nombrado jefe de Estudios, una de sus aportaciones pedagógicas fue
inculcarnos la literatura francesa. Mientras comíamos o cenábamos nos leía
novelas de éxito, como “Papillon”, de Charrière, mientras pasaba lentamente
entre las mesas, en medio de un silencio de refectorio monacal.
La vida para los internos del Salvador era dura y estaba sometida
a una disciplina casi militar: formábamos en líneas perfectamente rectas, bajo
el control de unos educadores (“inspectores” se les llamaba) deseosos de repartir
estopa. Nos sacaban de caminata los jueves por la tarde, a Fuensaldaña, Zaratán
o la Fuente del Sol, y de entre nosotros pronto empezarían a emerger auténticas
estrellas del rugby, como los hermanos Moriche, Zulet, Gadea Verín, Tabares,
Mourenza o Asúa, imprescindibles en la selección nacional absoluta, que después
de terminar el bachillerato pasarían a engrosar el equipo del Arquitectura en
Madrid, donde continuarían sus estudios y sus hazañas. Lo ganarían todo.
Para entonces, ya había llamado la atención de Bernés el talento
de un juvenil -un llanisco nacido en 1957- que jugaba siempre con la cabeza
levantada, dirigía el juego de su equipo con maestría y seguía la estela de
aquellas figuras. El chaval, potente y elegante, compaginaba el fútbol (fichado
por el SAVA Pegaso) y el rugby, con cuyo equipo de El Salvador conseguiría el
campeonato provincial. Fue convocado por el seleccionador nacional juvenil y
deslumbraría en un partido contra Francia en tierras francesas. La prensa gala le
dedicó efusivos elogios. Destinado a suceder a Moriche en la selección absoluta
y en el Arquitectura, todo hacía pensar que le esperaba una carrera de ensueño,
pero, al poco de su debut con la selección, una grave lesión le apartaría de la
alta competición. Aquel jugador, el más destacado que había dado el rugby en Asturias,
era Juan Pedro del Río Pérez (mi hermano), que nunca quiere hablar de estas
cosas.
(Artículo publicado en el diario LA NUEVA ESPAÑA el domingo 13 de octubre de 2019).
Escudo de la institución docente. |
Georges Bernés (1921-2017). |
Alevines. Juan Pedro, de pie, primero por la izquierda. |
Juveniles. Del Río, en el centro de la fila inferior. |
Anverso y reverso de la medalla de Campeón Provincial Alevín de Valladolid (1970) |
Convocatoria para la selección ancional, marzo 1976. |
Artículo publicado en LA NUEVA ESPAÑA. |
Juan Pedro del Río Pérez
·
Nació
en Llanes (Principado de Asturias) en abril de 1957.
·
Hijo
de Pilar Pérez Bernot y de Higinio Gumersindo del Río.
·
Bachillerato
en el Colegio El Salvador de Valladolid (1967-1976)
·
Estudió
la rama de Publicidad en la Facultad de Ciencias de la Información (Universidad
Complutense de Madrid).
·
Fue
jugador de rugby (COLEGIO EL SALVADOR) y de fútbol (SAVA PEGASO).
·
Uno
de los más grandes jugadores de rugby que ha dado Asturias.