Marcos PALICIO (LNE)
La máquina del tiempo tiene una entrada por el siglo XIII, a
los pies de la torre medieval que antes que oficina de turismo fue cárcel y
atalaya defensiva en la Puebla
de Aguilar, cuando todavía Llanes no era Llanes. La
salida devuelve al siglo XXI unos pocos metros y cientos de años más allá,
junto a la puerta de un hotel que en el XVII era convento de Agustinas. Nada
fue lo que parece en este viaje a saltos a través del tiempo que en la
superficie sólo cruza calles de la villa, pero que cubre en realidad un
trayecto que va y vuelve de la Edad Media al tercer milenio. Se ve que Llanes no es sólo fonéticamente plural.
Lo saben de sobra Higinio del Río, periodista y director de la Casa de Cultura llanisca,
y Guillermo Sordo, empresario y presidente durante tres décadas del bando
festivo de San Roque. El paseo que ellos guían arranca en el corazón de la villa
medieval…
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