EL HISTORIETISTA LLANISCO COMOS PUBLICÓ EN MEDIA EUROPA
El dibujante, que hizo páginas de "El Capitán Trueno", reside en Manresa (Barcelona), donde aún atiende encargos de pintura a sus 87 años
HIGINIO DEL RÍO PÉREZ
Dos décadas después de que Alfonso Iglesias pusiera a Pinín a
volar en un “madreñogiro” rumbo a la inmortalidad, empezaba Rodrigo Rodríguez
Comos (Llanes, 1935) a idear aventuras y poner cara a incontables héroes y
heroínas de cómic, que irían saliendo a la luz en publicaciones europeas de
gran tirada. Firmaba sus obras con su segundo apellido y pronto habría de
convertirse en un dibujante e historietista de éxito internacional.
La biografía de Comos arranca en el Llanes de los años 30, donde
se habían conocido sus padres: Rodrigo Rodríguez Rodríguez (Villarejo de
Órbigo, León, 1908), jefe del servicio de veterinaria del ayuntamiento y
brillante ajedrecista, y María Teresa Comos Conde (Llanes, 1915), nieta del
dueño de la próspera fábrica de conservas de pescado “La Llanisca”, José Conde.
Tenían el domicilio en la calle Gutiérrez de la Gándara (la Calle Nueva).
En plena Guerra Civil, el padre formaría parte de la pequeña
burguesía republicana local, cultivada e influyente, a la que pertenecían
también los abogados Joaquín y Félix Fernández Vega, los médicos Manuel Vega
Escandón y José María García Gavito y el arquitecto Joaquín Ortiz, quienes
contribuyeron, entre julio de 1936 y septiembre de 1937, a evitar violencias,
desmanes y atropellos en la retaguardia. Finalizada la contienda se le abrió
expediente disciplinario (al igual que a sus compañeros del ayuntamiento),
simplemente por el hecho de haber cumplido con su deber bajo la autoridad del
Frente Popular, perdió su plaza de funcionario y sufrió el destierro. Se
establecería con su familia en Galicia, donde ejerció su tarea de veterinario
entre los encharcados caminos de un medio rural empobrecido, sin dejar en
ningún momento la práctica del ajedrez, que fue para él un asidero liberador de
penalidades. Poseía el título de maestro nacional y tomó parte en numerosos
torneos. En 1953 obtuvo el subcampeonato de España en una final disputada
frente al gijonés Román Torán.
En "El Oriente de Asturias" ilustró
textos de Constantino Cabal,
Celso Amieva, Juan Antonio Cabezas
y Baltasar Fernández Cue, entre otros
Animado por él, su hijo empezaría a pintar y dibujar. A los trece
años, Comos ganó una Mención de Honor en un concurso de la Obra Sindical de
Educación y Descanso, y a los quince publicó en El Progreso de Lugo un tebeo de
cosecha propia. Marchó luego a Madrid y a Barcelona con la idea de estudiar la
carrera de aparejador, pero en el último curso decidió abandonar los estudios.
Su deseo era aventurarse de lleno en el mundo del arte.
Para entonces (1960), ya había empezado a colaborar en la Ciudad
Condal con la editorial Bruguera, que le publicaría trabajos en las revistas
“Pulgarcito” y “Sissi”, dibujos para la colección bibliográfica “Historias” y
para novelas ilustradas, y adaptaciones al lenguaje del cómic de la vida de
personajes como Gengis Khan, Ricardo Corazón de León y el niño cantante
Joselito, entre otros muchos. Llegó a hacerse cargo de la ilustración de varios
episodios del Capitán Trueno, la popular serie creada en 1956 por el guionista
Víctor Mora y el dibujante Ambrós. A través de Bruguera, le surgieron las
oportunidades de publicar tiras fuera de España: Tex Norton, Wendy, Conny y
Biggi, para la editorial alemana Batei Verlag; Monique y Loesje, para la holandesa
Oberon; en Inglaterra, Barbie, para las publicaciones del sello Thomson &
Company, de Londres; en Francia, Marouf (un justiciero anónimo, a la manera de
El Zorro, enfrentado a los nazis en la época de la ocupación alemana),
popularizado por Editions Impéria, de Lyon; y en Italia, guiones del género
policíaco. Sus viñetas encontraron igualmente mercado en Escocia, Noruega y
Suecia, donde eran muy apreciadas las historias de niñas y caballos que
enviaba. Las colaboraciones de Comos en el extranjero durarían más de cincuenta
años.
Para la prensa y la industria editorial asturianas, sin embargo,
es casi un desconocido. Tan sólo en las páginas de los números extraordinarios
de El Oriente de Asturias (cuyo director, Manuel Maya Conde, era tío carnal del
dibujante) se pueden encontrar dibujos suyos ilustrando textos de Baltasar
Fernández Cue, Constantino Cabal, Juan Antonio Cabezas, Celso Amieva y otros
autores.
Por encima de todo, y más allá de su acreditado currículo de
historietista, Comos suele reivindicar con humildad su condición de pintor. De
formación autodidacta, influido por sus
visitas de juventud al Museo del Prado, evidencia en sus óleos y acuarelas una
factura realista e impresionista. Su primera exposición individual, a los
veinte años, había sido en el Círculo de las Artes de Lugo, el mismo lugar en
el que jugaba al ajedrez su padre. Todas las demás se organizarían en Cataluña.
Desde 1967 reside en Manresa, y a sus ochenta y siete años le siguen llegando a
casa encargos de retratos, paisajes y carboncillos.
(Artículo publicado a dos páginas en el suplemento “Siglo XXI” del diario LA NUEVA ESPAÑA, el domingo 5 de febrero de 2023).
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