miércoles, 26 de noviembre de 2014

ROSARIO ROZAS, UNA ESCULTORA MEXICANA NACIDA EN LLANES




Rosario Rozas es una artista plástica mexicana nacida en Llanes (Principado de Asturias, España). Reside en León Guanajuato (México). Escultora, pintora, restauradora y diseñadora. Directora de Rozas Galería. Desde 1991 tiene abierto un taller de fundición. 
En 2014 viajó a Llanes para dar a conocer su obra a los llaniscos.


Estudió en profundidad la figura humana y el muralismo y ha expuesto, tanto colectiva como individualmente, en México, Estados Unidos y Japón. 
Ejecuta trabajos en bronce a la cera perdida y en fibra de vidrio. 
Hace pintura de caballete, murales, acuarela, óleo y técnicas mixtas. 
Es también ilustradora y diseñadora (autora de medallas conmemorativas, premios empresariales y culturales, vitrales, portadas de libros y stands en ferias comerciales como la SIC de París o la NSF de Nueva York). 
Poseen obras suyas instituciones y particulares de León Guanajuato, México D. F., Jalisco, Tijuana, Baja California, Veracruz, Tampico y San Diego (Estados Unidos).
Como restauradora ha intervenido en monumentos urbanos, piezas de bronce e imágenes religiosas.
Ha sido profesora de la Universidad Iberoamericana, en las asignaturas de Dibujo natural, Desnudo y Manejo de técnicas
En 2011 recibió el galardón “Josefa Marmolejo de Aldama”, concedido por el Instituto de la Mujer Guanajuatense (IMUG). 
La escultora mexicana quiso en 2014 darse a conocer artísticamente en su localidad natal y presentó en la Casa Municipal de Cultura de Llanes una exposición sobre su trayectoria artística. La muestra, titulada “Arte y Espíritu”, reflejaba la labor que viene desarrollando en lo que se refiere a la temática religiosa.
Entre las esculturas monumentales realizadas por Rosario Rozas en bronce destaca la que hizo de Juan Pablo II para la catedral de León Guanajuato (mide 1,60 x 3,50 x 1,50 metros). Otras esculturas en bronce, terminadas con la misma técnica (a la cera perdida) y siempre en una línea clasicista, se encuentran instaladas en distintos lugares o instituciones de León Guanajuato, como la de San Juan Bosco (5,20 x 2 x 1,20 metros) en la Glorieta de San Juan Bosco; la de la Madre Santísima de la Luz (2 x 3 x 1,10 metros) en el Seminario Conciliar; la de Emigdio Gárate (60 cm. x 2 m. x 60 cm.) en el Colegio Pío X; la de Santa Teresa y el Niño Jesús (1,20 x 2 x 1,20 metros) en el Instituto Jassá; y la de San Pío de Pietreccina (1,20 x 2 x 1 metros) en la parroquia de San Rafael Arcángel. 

Higinio del Río Pérez





Vídeo de la exposición en la 
Casa Municipal de Cultura de Llanes 
(Noviembre, 2014):


Galería fotográfica:




sábado, 1 de noviembre de 2014

TEATRO EN SITIOS INSÓLITOS




OPINIÓN                                                               

 Teatro donde menos se espera

La antigua tienda de Pilar Pérez Bernot en Llanes, insólito espacio para la representación de un monólogo teatral



HIGINIO DEL RÍO PÉREZ


Cuando se dice que la vida es una comedia se está constatando una realidad. En Llanes lo sabemos bien. Las escenificaciones teatrales que nos es dado contemplar a diario no son necesariamente producto de una ficción ni tienen lugar siempre sobre un escenario. Lo de Miguelín Purón, por ejemplo: cuando este legendario jugador de bolos de Noriega, llegaba a un chigre, solía crear una atmósfera de espectáculo, de comicidad espontánea y de arte improvisado y expectante. “Ponme un vasu”, dijo un día con cierto apresuramiento, mientras se introducía, sin más protocolo, en el retrete. “Es él últimu que te sirvo, Miguelín, que ya es muchu lo que debes, así que mira a ver”, advertió la chigrera desde su puesto de combate. Y la voz de Miguelín se oyó entonces con sordina a través de la cortina que tapaba el excusado: “Tengo un asuntu entre manos que, como me salga bien, el primer agujeru que tapo es el tuyu”.

Género chico, vodeviles y sainetes por doquier. La realidad cotidiana (y no hablo solo de la realidad política) tiene mucho de circo, y uno recuerda aquellos martes de mercado, cuando a última hora de la mañana entraba en “La Pilarica” alguna apurada paisanina a comprar un cuarto de café, y comentaba: “Voy con la lengua fuera a coger la línea. Hoy no tuvi tiempo ni pa mear”, y escribía así, sin saberlo, una página costumbrista de Eladio Verde.
El comercio de comestibles que tuvo Pilar Pérez Bernot en la calle Mayor, ha quedado para siempre en la memoria de Llanes. Estrechina y larga (como la calle de la que habla la canción del Bando de la Magdalena) y de reducidas dimensiones, la acreditada tienda, abierta desde 1948 hasta 1989, pionera en la promoción de productos típicos del Concejo, sería hoy el último lugar de la villa que se pudiera concebir como espacio escénico.
El microteatro, sin embargo, que se adapta a todos los rincones de la existencia como esas plantas que logran nacer y crecer entre las grietas de las rocas, se hizo el otro día milagrosamente presente sobre el suelo de piedra del antiguo comercio de la inolvidable Pilar. “La alterada vida de Vincent Price” es el título del monólogo teatral representado allí al final del verano pasado. Con guión y narración de José Luis Rodríguez de la Flor, las peripecias de Vincent Price, reflejo de la zozobra y de la deriva ciega e imprevisible del mundo actual, se mostraron con sabor dulce y amargo a veinte personas (todo lo que podía dar el aforo). Sobre una banqueta y bajo un sugerente chorro de luz, el protagonista se convertía en un narrador ambulante, que recorría bares, centros culturales y chiringuitos y luchaba a duras penas por mantener la dignidad de su vocación artística y sobrevivir. Sobrevivir. Era un náufrago agarrado al clavo de un programa municipal de ayuda y reinserción de artistas del montón, a los que se daba cursos de formación en técnicas para entretener al público en directo: tele-transportación, magia de lejos, mentalismo de cerca... Mucho cuento chino. Mucho humo. Mucho reciclaje vano en la búsqueda del sentido de la vida y de la supervivencia.

José Luis Rodríguez de la Flor, periodista vinculado a la gestión cultural en Madrid, conoce el percal y logra que la obra resulte verosímil. Con tintes de Fellini (del neorrealismo de “La strada” y de “Las noches de Cabiria”), el monólogo fue un sublime homenaje al fracaso y marcó probablemente un hito en Llanes. Por añadidura, sirvió para poner fin a la corta pero intensa etapa del local de alquiler de bicicletas “Torimbia Ocio Natural”, inaugurado por Ramón Rayón en 2013, que había venido a insuflar nueva vida a lo que fue “La Pilarica”. Vida y, ahora, teatro, que al fin y al cabo es lo mismo. 

(Artículo publicado en el diario LA NUEVA ESPAÑA el sábado 1 de noviembre de 2014) 


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