jueves, 28 de febrero de 2013

CAMAREROS DE AQUEL LLANES

José Alvar Iñarra, Pepe el del Madison

OPINIÓN                                                               

Camareros


HIGINIO DEL RÍO PÉREZ


Sin buenos camareros, la hostelería se queda en muy poca cosa. Por eso se entiende que los chigreros y restauradores maldigan lo peliagudo que resulta hoy reunir una plantilla de profesionales que sepan servir al turista como Dios manda. Los camareros de la vieja escuela, con el luto de su chaquetilla y su olor a Varón Dandy, “simpáticos sin casticismo y laboriosos sin matonismo”, en palabras de Francisco Umbral, son ya historia.

En Llanes, donde los fundamentos de la hostelería de prestigio y las estrategias de promoción turística se remontan al epílogo del siglo XIX, tuvimos una figura excepcional: el cocinero y empresario Cosme San Román, auténtico pionero, de cuyo legado hoy tanto se tiene que aprender. Junto a él fueron curtiéndose camareros que daban realce a los negocios y confianza a los clientes. Pepe Armas Caso, que llegó en 1905 de la mano de San Román a trabajar en la cantina ferroviaria y luego se estableció por su cuenta, es el primer nombre que viene a la memoria. Acabaría patroneando el restaurante de la estación y el histórico Café Pinín, y a su vera se foguearon mozos entre cafés “nevaos” e intelectuales aficionados al ajedrez, como Fernando Vela: allí estuvieron, sucesivamente, Venancio Segura, hijo del genial músico Segura Ricci; Jesús Ania, Alejo (que era de Villanueva de Pría y de joven había emigrado a Cuba), Pepe Pérez Zaragoza (después propietario en Oviedo del Bar “El Sol”, en General Elorza) y Bernabé Segura, hijo de Venancio, que una vez pidió permiso a su jefe para ir, con pajarita y todo, a un homenaje póstumo a Celso Amieva en la Casa de Cultura.
El Bar del Muelle, de Agustín Guijarro, fue otro vivero de profesionales de la comanda. Allí negoció Pedrito Galguera muy seria y solemnemente nada menos que la venta de La Compuerta a unos vascos, que se presentaron a los pocos días con herramientas para desmontar aquella torre característica del perfil de la villa y casi se arma una buena. En el bar de Agustín dejaron huella Guzmán Ania, Cornellana y, en especial, José Alvar Iñarra, una de las máximas glorias de la profesión, fundador en los años sesenta de la Cafetería Madison.
En el Hostal Peñablanca trabajaban “El Nene” (1), Canco y César Álvarez Montoto, un joven brillante que había estado antes en el “Pinín” y que luego triunfó en Paradores Nacionales. En el “Venecia” se batía el cobre otro Pepe (“el Gordu”, de Zamora), que en vez de aceitunas decía “olivas” y que marcharía al restaurante “Cabo Peñas” de Oviedo. En el “Palacios” recordamos a García y a Pepín Blanco, de Nueva (2). En el “Bodegón” y en “Las Mimosas”, “el Inclináu”, que al escanciar componía una figura cubista, y en el “Madison”, el irrepetible Félix Segura Martínez, siempre sacando pecho, y del que Paco Rabal se hizo muy amigo durante un rodaje (“¡Tipo torero tiene este tío!”, decía de él el actor, con admiración) (3).
Gente así compartía en los años cincuenta, sesenta y setenta el espíritu sereno e inalterable de los chóferes de Mento y el aguante estoico y literario de los camareros que habitan “La Colmena” de Cela. Gente con oficio, anclada de por vida a una barra. ¿Cuánto daría hoy la hostelería por poder fichar a profesionales como los de aquel Llanes glamoroso que bailaba el “musulmé”? ... Se me hace que el gran desafío de los hosteleros para el siglo XXI no va a ser FITUR, ni las páginas web, ni la “Q” de calidad, ni el mercado japonés, sino algo más prosaico y esencial: recuperar la tradición de los buenos camareros. Y si no, malo. 


1.“El Nene” era hermano de “Barriguita”, y en los años 60 del pasado siglo marchó a Valencia y abriría allí un restaurante.
2. Apodado “Viernes”.
3. Apodado “Cartucho”. En 1999 recibió el Premio de Turismo del Ayuntamiento de Llanes. 


(Artículo publicado en el diario LA NUEVA ESPAÑA el sábado 26 de noviembre de 2005). 

Bernabé Segura Martínez.
Félix Segura Martínez, Cartucho

sábado, 23 de febrero de 2013

VÍDEOS DE LLANES

Acantilados de la Talá.
(Foto: H. del Río)

He aquí una muestra de la omnipresencia en internet de la tierra que nos vio nacer. Seis vídeos capturados al azar:



www.parapenteastur.comSTURIAS TV:

Vídeo encontrado gracias a Blanca Batalla García

"Vídeo del Llanes urbano y rural",
producido por ASTURIAS TV:


"Llanes, lugar para disfrutar", por Ray Domino:


"Cubos de la Memoria", por Primi Quesada Seco:

martes, 19 de febrero de 2013

DESPUÉS DEL HOLOCAUSTO, LLANES


Jean-Jacques Lèvy

Nicolás Muller




























Las biografías de NICOLÁS MULLER y JEAN-JACQUES LÉVY, fotógrafos europeos de largo y fecundo recorrido, explican y resumen los dramas y las heridas de la Europa del siglo XX. Húngaro uno y francés el otro, ambos eran hebreos.
Los dos, después del Holocausto (durante el cual fue asesinada por los nazis gran parte de su familia) encontraron en Llanes un destino con el que se identificaron desde el primer instante. Se implicaron en Llanes. Se sintieron vecinos de Llanes. Muller, nacido en Orosháza en 1913, murió en Andrín el 2 de enero de 2000. Su carrera como fotógrafo fue paralela a la de otros grandes fotógrafos de su generación, como Capa y Brasaï. Lévy (1921-2010), reportero gráfico de origen alsaciano, adscrito durante cuarenta años a la agencia Associated Press (AP), tenía su segunda residencia en Celorio.

Higinio del Río Perez 
                                  
                     
                         LUZ DOMESTICADA: 





martes, 12 de febrero de 2013

UN GUIÑOL DEL SIGLO XIX A LA PUERTA DE CASA.

José Luis González, en la Plaza de Santa Ana de Llanes, el 4 de agosto de 2011, con su Guignol des Champs Elysées de París. Foto: H. del Río.



Creo que fue en 2004 fue cuando tuvimos noticia de José Luis González, gracias al diario EL PAÍS, en cuya última página se publicaba un reportaje muy preciso sobre la aventura de este asturiano en la capital de Francia. José Luis se nos mostraba en el periódico con su inseparable bombín, narrando la peripecia de su vida, con la mochila de la rebeldía, de la honestidad y de la coherencia a cuestas -tuvo que exiliarse en los años 60 por su posicionamiento político- y guiado por el sentido artístico y tragicómico que le condujo al mundo del teatro.
Dirige desde 1972 el “Guignol des Champs Elysées”, que en la capital parisina ofrece espectáculos semanalmente en el Rond Point de los Campos Elíseos. Es el guiñol más antiguo de París, una reliquia decimonónica creada en 1818 por P. Guentleur que José Luis mantiene viva, con el reconocimiento de las autoridades municipales parisinas. La compañía exhibe una docena de marionetas construidas en madera de boj y recupera para todos los públicos un repertorio clásico. Ya ha pasado por Llanes en siete ocasiones, llevando a las plazas del casco medieval su carro de ilusiones y de tradiciones.
Tal vez, en el verano próximo vuelva a aparcar su teatrillo centenario en nuestra acera.

Higinio del Río